La historia de Juan, el ‘reloj de campana’ de las rutas de colectivos

Viajar en autobús por Bucaramanga significa encontrarse con uno, dos o incluso tres ‘campaneros’ en el camino. ¿Pero sabes en qué consiste realmente el trabajo de estas personas?

Juan Carlos Ballesteros Sánchez reserva parte de su jornada para este trabajo; Su día comienza muy temprano. A las 3 de la madrugada se levanta y en su casa, ubicada en el barrio Provenza, inicia sus oraciones diarias. “Recito el Salmo 20 siete veces para que mi salud mejore”.

A sus 57 años, Juan Carlos ha dedicado los últimos cinco años de su vida a facilitar la movilidad de las personas. En la calle 61 con carrera 8 de Real de Minas, se desempeñó como paletero durante aproximadamente dos años. Allí detendría el tráfico delante del badén para permitir a los peatones cruzar con seguridad.

Sin embargo, surgió una propuesta a partir de un antiguo trabajo. Un conductor de autobús le pidió a Juan Carlos que los ‘vigilara’ en esa zona, y él aceptó la tarea de llevar un control de su tiempo en ese sector, trabajo que desempeña desde hace tres años.

Quizás te interese: En el corazón de un artesano santandereano: La historia de Juan Castañeda, el maestro de los calabazos

Un pasado deportivo

Hablar del trabajo de Juan Carlos se extiende a escuchar, con un tono de voz que combina con la nostalgia en sus ojos, un pasado deportivo que le hacía muy feliz. Cuenta con orgullo que el fútbol fue parte de su vida, una historia que disfruta recordar ya que su verdadera pasión la vivió en las canchas.

Jugué con las reservas de Bucaramanga en el 90, empecé con 14 años y me reconocieron como el ‘gatico Ballesteros.

Juan Carlos Ballesteros, ‘campanero’ en Bucaramanga

La narración de su historia fue interrumpida por un autobús, “a las 16”, le gritó enérgicamente Juan Carlos al conductor de la ruta número 21 que pasaba por delante. El fútbol fue su pasión durante muchos años pero no logró avanzar como esperaba, por lo que decidió mirar otros caminos. Luego llegó a Cotrander, una reconocida empresa de transporte. Allí ingresó con 23 años y compaginó su trabajo con el puesto de mediocentro seis del equipo de la empresa.

Lea también: ¿Conoces la ‘Cascada de los Caballeros’? Te contamos cómo llegar a este precioso paraíso en Santander

Trabajó allí durante 10 años, fue bombero, hizo control de despacho y luego, durante cuatro años, se desempeñó como gerente operativo de la empresa. Tenía que supervisar el comportamiento, accidentes y otras situaciones de los conductores.

Mientras tanto, disputó cientos de campeonatos en Bucaramanga. Luego, por un recorte de personal, dejó la empresa en 2003. Durante ese tiempo se dedicó al comercio informal “me ganaba la vida vendiendo donas, tamales y otros productos”.

11140bdfa3.jpg

Ballesteros dejó de jugar al fútbol y entrenar, lo que, según él, ha afectado negativamente su salud. Ahora camina con dificultad debido al deterioro del nervio ciático, que le ha afectado parte de la pierna. A pesar de todo, su rostro siempre muestra una sonrisa.

Su amabilidad y gratitud se evidencian en su actitud diaria. Él mismo comenta: “Tenía muy buen físico, pero dejé de entrenar y comencé a tener dolores. El problema del nervio ciático fue empeorando, sufrí descalcificación y el nervio empezó a torcerse”.

Inicio de cotización

Me conmueve ayudar a la gente.

Fin de cotización

Juan Carlos Ballesteros, ‘campanero’ en Bucaramanga

Aunque su condición física es evidente, no ha dejado de trabajar y encuentra satisfacción personal cuando puede servir a la comunidad. “Me motiva ayudar a la gente”, dice, mientras consulta su reloj para anotar la hora exacta en que pasa un autobús del servicio público justo frente a la Plaza Mayor, en la calle 61.

Facilitar la movilidad

“Aquí cada conductor me paga entre 400 a 1.000 pesos y logro ganar de 40 a 45 mil pesos diarios”, comenta volviendo a su realidad actual, donde facilita estratégicamente el transporte público, mientras anuncia a qué distancia se encuentra un conductor. de otro. , mientras recorría la misma ruta.

Viajar en autobús por Bucaramanga significa encontrarse con uno, dos o incluso tres 'campaneros' en el camino. ¿Pero sabes en qué consiste realmente el trabajo de estas personas?
Viajar en autobús por Bucaramanga significa encontrarse con uno, dos o incluso tres ‘campaneros’ en el camino. ¿Pero sabes lo que realmente implica el trabajo de estas personas?

De esta forma, los conductores toman la distancia de seguridad y consiguen un mayor número de pasajeros. “Por ejemplo, Estoraques me pregunta hasta dónde va Villa Rosa, son competencia porque van por el mismo recorrido, la carrera 15”.

Su trabajo, como mencionamos antes, comienza a las 5 de la mañana, saluda a sus vecinos comerciantes. Claudia Vélez, vendedora ambulante de flores, se para en una esquina y Juan Carlos le ofrece ayuda para empujar el pesado carrito de flores y acomodarse en su punto de venta.

Aquí: Un viaje al corazón del bocadillo veleño

Luego, María Luz, la señora que vende las empanadas, le proporciona una silla de plástico negra para que pueda descansar en ciertos momentos de su día.

Inicio de cotización

Es colaborador y servicial, siempre dispuesto a ayudar.

Fin de cotización

Claudia Vélez, vendedora ambulante

Para servicio comunitario

“Es colaborador, servicial y siempre está dispuesto a ayudar a otras personas”, continúa Claudia, “los martes y jueves, cuando llego con las cajas de flores, siempre me ayuda a localizarlas”.

Durante el tiempo que lo acompañamos para este reportaje el cariño fue evidente. Pasó la heladera, ¿te puedes comer uno? ella le preguntó. Juan Carlos asintió y con una sonrisa recibió uno con sabor a salpicón, el cual disfrutó por unos minutos, antes de que llegara el hombre de la limonada y se repitiera la misma situación.

d2ba90e071.jpg

Unos minutos más tarde saludó calurosamente al hombre de la empresa de limpieza que estaba barriendo las calles. Intercambiaron cortésmente un par de palabras y cada uno volvió a su trabajo. Juan Carlos tiene dos hijos, está separado y dedica una parte importante de su tiempo a cuidar a su madre, ella tiene 82 años y viven juntos. “Somos ocho hijos y juntos la ayudamos y estamos atentos a ella”.

79a7e6a8b9.jpg

Juan Carlos se ubica en ese punto de lunes a sábado. Hasta el viernes tu horario va hasta las 15 horas, mientras que el sábado si sales dos horas antes. “Cuando no vengo por motivos de salud se salen de control, pero este año hice la promesa de no faltar ni un día y hasta hoy los he cumplido”, dijo, “sé lo que significa para ellos que yo estoy aquí.”

 
For Latest Updates Follow us on Google News
 

PREV Santa Fe se llena de cultura con una variedad de eventos artísticos para todos los gustos.
NEXT Incertidumbre por riesgo en continuidad del PAE en Magdalena – .