Milei es una cuenca – El Litoral – .

Milei es una cuenca – El Litoral – .
Milei es una cuenca – El Litoral – .

Beatriz Sarlo dice: “Quien alteró mi estilo de vida fue Videla, no un lavabo como Milei”. La frase, textualmente, forma parte de un informe de Pedro Rosemblat, en el que el escritor y ensayista define que “este gobierno es vulgar y vulgar”. Digresión: mejor informe que el del “bostero” Alejandro Fantino al propio Javier Milei. Búscalo, está en ese sitio infinito: “Youtube”.

Está claro que nosotros, los contemporáneos, entendemos los dichos de Sarlo. Tal vez sólo hablo de mí, lo cual personalmente entiendo, pero aun así, tal vez lo que entiendo sea diferente a lo que quiso decir la señora. El lenguaje es tan amplio que acepta contener el conocimiento de ella y mi audacia.

Busquemos un punto en común. Beatriz no puede escapar de su circunstancia. Para no seguir sus caminos, que siempre se bifurcan, se puede argumentar que es una personalidad que ha cantado ¡Bingo! en el circuito del pensamiento crítico. Su reconocimiento, en varios encuentros donde fueron importantes los pozos acumulados de lectura y análisis, lo situó en un alto atril en la espiral cultural de la que habló Albert Camus, quien señaló que la suma de conocimiento y búsqueda de la verdad estaba cada vez más cerca de la soledad. y escepticismo. Así era ella.

Ver tambiénLa oposición no es confiable.

Sarlo defiende su vida, resuelta en torno a “la” Cultura. Así, con mayúsculas. Desde ese punto de vista, lo de Milei es sólo indignidad, simple molestia ante un ignorante con tanta biblioteca y ahí está Videla y su manera de asesinarla y, básicamente, destruir los derechos humanos, quien todavía la provoca y niega el olvido. . Demasiada montaña para afrontarla en ropa de calle. Soy un observador, sólo eso.

En un salto de palo en palo, salvando en el gol de este partido, en la tercera década del siglo XXI, me pondría la camiseta del equipo Sarlo, pero… ¡Nadie juega en este campo y no hay gente en las gradas! El fenómeno cultural ha sido cambiado, alterado. Es una roca y ha sido pulida hasta el punto de tener otras características, diferentes desencadenantes y resultados que la estructura de pensamiento donde vive Sarlo no puede registrar.

Hay en la dama, sin embargo, un componente canyengue y vecinal que emociona: ella lo describe como una palangana. “Se llama palangana, o palanca, al recipiente bajo y de boca muy ancha que se utiliza para lavar o lavar. En el uso del lenguaje ha desplazado a otros términos con más historia como palangana, aguamanil, tina, almofía, zafa y palangana. Producto de la era industrial, los lavabos se fabricaban originalmente en diferentes aleaciones metálicas, siendo las más populares las de latón recubierto de esmalte blanco; después llegaron los de aluminio y finalmente los de plástico. Su uso para la higiene personal diaria fue sustituido por el. fregadero con la incorporación de agua corriente a la fontanería doméstica” (Wikipedia le gana a la biblioteca).

El uso de un lavabo es menor y poco elegante. En lenguaje popular no conserva agua, no es profundo, está destinado a ser vaciado y reutilizado, sin mayor importancia. Hasta ahí va la cosa, según Sarlo, habría que sumarse sonriendo. La distorsión es visible en que “la” Cultura, la suma de todo lo conocido, que inevitablemente aumenta con lo que se aporta día a día, generación tras generación, ha dado un Milei, como fenómeno político. Corrijo: hizo una Milei.

Hay evidencia de que Sarlo no quería el “machismo” desviacionista de CFK, ni tampoco la propia CFK. Como saben, a ella no le agradaban los demás gobernantes. A quien evidentemente sitúa en el punto más alto de su quebrantamiento es a un general genocida: Videla. Es Sarlo quien ayuda, desde su posición ventajosa, a ver la parte más profunda de Milei. Cuenca. Ella nos gobierna una “cuenca”, si aceptamos el sustantivo como adjetivo. No seria la primera vez.

Cuando los corresponsales extranjeros, como los entusiastas de nuestras cosas, se sorprenden, hacen preguntas obvias –aquí– que en sus países sorprenden (el voto popular enmarañado, candidatos sin partidos, partidos sin candidatos, homónimos, campañas, consignas y quienes fueron candidatos finales siendo que se conocían tanto y tanto…) el hecho no se les puede explicar sino por sus antecedentes y, en tal condición, todo lo que sumó a los usos y costumbres durante lo que está sucediendo, la vida de los Sarlo, así como sus contemporáneos (donde estoy). No es una col y mucho menos una col importada.

Emergiendo de nuestra sociedad, esa es Milei. Está muy cerca y visible para el resto de candidatos. El uso de redes. La degradación de la información, el hambre, la dependencia de las Casas Centrales (de la información como masaje) que se regurgitan hacia el resto del país, atrapado por el mensaje… de las Casas Centrales. Esa es Milei.

Sí, es cierto, desde esta pradera sabemos de la ola global de “derecha” pero… aquí no hubo bipartidismo sino negación de partidos, insubordinación de frentes ideológicos (¿Ideologías? Hum) y un menú: un conocido malo con un adjetivo delante que lo señalaba como “el representante de la casta”. Salieron a derrotarlo sabiendo que era posible: la lengua estaba a su favor.

La historia. La memoria. Digámoslo: la cultura como una roca lo sugería. Voy a decir una tontería: “la infraestructura” donde nos instalamos lo estaba sugiriendo. Hay tanto racismo intelectual en lo que digo que, casi casi la vergüenza, la mejor defensa es el ataque. Fueron años y años de instrucción degradante y transferencia de conocimientos, lo que ayuda a explicar el voto masivo por Milei, pero aparece una mancha borrosa en el cuaderno.

Todos los países con elecciones democráticas, que optaron por una resolución gubernamental de tendencia derechista, conservan las leyes y los parlamentos, a veces se encarcela a los corruptos, se cuida la salud de la sociedad por parte del Estado, el nivel de educación y el monopolio de la fuerza. . No “violan” tan abiertamente a Jean Jacques Rousseau. Milei vino a romper un contrato social. Específicamente la justicia social. El Estado lo proporcionó, se hizo cargo. Y si el Estado se achica…

La trastienda de Milei, el uso de los medios -y métodos- del siglo XXI y su capacidad de dominación operaron sobre una realidad tan visible que se volvió invisible: el hecho cultural sobre el que trabajaban. Sergio Massa era malvado. Supieron explicarlo hasta que caló. El armamento, compuesto por cohetes y bengalas, iluminaba la escena; Los cascarones vacíos se desmoronaron donde alguna vez hubo Edificios Culturales, corpóreos, mensajeros, en sí mismos un mensaje.

Milei avanzó sobre un Estado que era un castillo maloliente. Para qué arreglarlo, es mejor demolerlo. Miremos los votos: no está solo en esa decisión. Corrijo: en ese derribo. Tiene un método que da resultados. Realidad virtual, holograma, decisión de historia: cada día contra algo consagrado por aquella sociedad del siglo XX. La oferta de Milei es “dejen esa sociedad, los buenos síganme”. ¿Pero donde? No sé…fueron malos, muy malos, no los voy a decepcionar.

“No importa si es sacerdote, fabricante de colchones, rey de tréboles”. Milei, sus formadores especialistas del mensaje (y nuestras reacciones en consecuencia) ya saben que atacar a Jorge Lanata, Claudio Bellocopit o Fulano, más Zutano y Perengano, le quita presión a los problemas reales y no le quita apoyos, se puede pensar que es al contrario, suma adeptos. Mientras el barco va… diría el director italiano. Nadie puede sostener la heroicidad de Lanata y arriesgar su vida por ese niño.

Algunos de los que hablan de “libertad de prensa” ayudan a fortalecer a Milei. Destruir el contrato social es su tarea; Nos esperan el clima, el hambre y “Robocop”. Quizás una vida diferente si triunfa. Error, siempre una vida diferente, tanto en el triunfo como en el fracaso. Esta votación popular de noviembre de 2023 trajo cambios definitivos. Sarlo lo ve y define: el daño empezó ahí, con Jorge Videla (en mi caso pienso en Juan Carlos Onganía como el origen, tal vez de Pedro Eugenio Aramburu e Isaac Rojas). Su visión es ésta: allí nos jodieron mucho. Allá.

Milei, esa “cuenca”, según califica la señora Sarlo, ha cambiado las reglas del juego, por lo tanto los posibles resultados. Es difícil admitir que somos participantes necesarios. Duele mucho aceptar que somos culpables. Le ha quitado tantos velos a Milei que nadie puede decir “él lo hizo solo, yo no lo hice”. Nadie lo cree. Sugiero comenzar con el más cercano: lo votamos. Permitir un estallido: fue un voto cantado, fue una palangana o un orinal. Beatriz seguro no votó cuenca…

 
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