investigan cómo producirlos masivamente en planta piloto en Santa Fe

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Actualizado a Jueves 18.4.2024 22:31hs

Desde hace aproximadamente 27 años en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) Santa Fe, el Grupo Tierra Firme trabaja e investiga con un material que fue redescubierto por quienes pretenden construir desde una perspectiva ecológica y sustentable: la tierra. Ahora, tras adquirir la maquinaria necesaria, se instaló en los laboratorios de la facultad una Planta Piloto para la Fabricación Industrializada de Bloques de Tierra Comprimida (CBT).

“El objetivo del proyecto es poder dar un salto de escala: pasar de fabricar a nivel de laboratorio a poder producir a gran escala. Ya hemos demostrado y es perfectamente sabido que los bloques de tierra comprimida (CBT) se pueden fabricar con materiales locales. El desafío ahora es producirlo en cantidad y a un precio razonable”, explicó a El Litoral Santiago Cabrera, profesor e investigador de la UTN Santa Fe y miembro del Grupo Tierra Firme.

La idea de la planta piloto es empezar a estudiar el efecto de la productividad, los tiempos, cuánto tiempo se tarda en fabricar 1.000 bloques, cuánto espacio se necesita, cuántos operadores, cómo producir todos los BTC con la misma calidad, ¿A qué precio final se pueden vender los bloques para que el emprendimiento sea rentable en el largo plazo, entre otras cuestiones? “Estudiar todo esto en esta planta piloto abre un mundo de posibilidades”, remarcó Cabrera.

Una batidora industrial de alta potencia de eje vertical, una trituradora de tierra y una prensa para dar forma a los bloques son las tres máquinas incorporadas. “Se adquirieron en el 2022 y logramos armarlos en el Laboratorio de Geotecnia hace un mes y medio, con todas las dificultades que tuvimos, por los montos de hace dos años y lo que terminamos pagando por ellos en el 2024; y porque son maquinarias de gran tamaño que necesitan instalaciones trifásicas. Hubo que adecuar la conexión eléctrica de todo el espacio, pero ya están funcionando”, explicó.

Los elementos fueron adquiridos con el aporte del Programa de Fortalecimiento de Capacidades de la Secretaría de Industria del Ministerio de Producción, Ciencia y Tecnología de la Provincia. Y los trámites fueron realizados por el Subsecretario de Enlace de la UTN Santa Fe.

Las tres nuevas máquinas que adquirió la facultad para montar la planta piloto. Crédito: Cortesía


Equipo y entrenamiento

“Ahora estamos estudiando tiempos de producción y rendimientos para saber, por ejemplo, cuántos bloques salen de un camión de tierra, con 5 metros cúbicos”, dijo el profesional, e indicó que en la UTN la capacidad instalada es para producir aproximadamente 1.200 bloques por jornada de trabajo con 5 operarios.

La planta piloto depende del Grupo Tierra Firme y es realizada por 3 investigadores financiados por el Conicet en diferentes niveles: en el caso de Cabrera con una beca posdoctoral y otros dos profesionales con beca doctoral. También con el aporte de 3 estudiantes de pregrado de la UTN, que cuenta con un programa que les permite trabajar en proyectos de investigación.

Ver tambiénConstruir con tierra: todo lo que necesitas saber sobre un material que se está redescubriendo

“Esto nos permite pensar en brindar capacitación en técnicas de construcción con tierra a las cooperativas y trabajadores que se dedican a la fabricación de estos bloques”, agregó Cabrera.

Otro problema que detectaron los investigadores es la comercialización de BTC porque hay oferta pero no mucho mercado. “En los últimos 5 años hemos trabajado con al menos 10 fabricantes de bloques y hemos encuestado a más de 40 en toda Argentina que han empezado a producir estos bloques y han construido casas, pero el impacto comercial que han tenido ha sido mínimo”, afirmó.

En ese sentido, consideró: “Hoy el desafío que asumo como investigador de este tema no es la parte técnica: damos por sentado que se pueden fabricar muy buenos bloques. El verdadero problema es el marketing. Es muy fácil decir que los ladrillos son convenientes, pero después que la gente los elige para sus casas es diferente porque entran en juego muchos factores como la seguridad, el esfuerzo económico que implica construir una vivienda”.

Tres becarios del Conicet y tres estudiantes avanzados de la UTN operan la planta piloto y realizan investigaciones. Crédito: Cortesía

Diferencias entre un BTC y un ladrillo común

La gran diferencia es que los bloques de tierra comprimida no se cuecen. “BTC es tierra apenas húmeda que está muy apretada y eso la hace densa y resistente. El ladrillo común es tierra que se mezcla con agua para hacer arcilla y luego se cuece, como la cerámica. Pero esto es simplemente tierra con un poquito de agua y presionar. Entonces la resistencia no se logra cociendo, sino prensando con una máquina especial”, explicó Cabrera.

Al construir una casa, BTC se puede utilizar de forma muy similar a los ladrillos normales para construir paredes. “La gran ventaja es que tienen menos impacto ambiental en su producción porque se requiere muy poca energía incorporada para poder fabricarlos, a diferencia de, por ejemplo, los materiales retráctiles. Por eso es uno de los materiales más sostenibles que se pueden fabricar”, argumentó.

Otra ventaja es su capacidad de aislamiento térmico. “A igual espesor de pared, una casa construida con bloques de tierra comprimida es más aislante que una casa hecha con ladrillos comunes y, por tanto, será más eficiente ante el calor o el frío”, argumentó.

Valor de mercado

Respecto a los costos entre un BTC y un ladrillo común, Santiago Cabrera señaló que “son similares, o un poco más caros por bloque”. Aclaró que “hay que considerar la competencia desleal porque el ladrillero es uno de los trabajadores más informales y trabaja en contextos totalmente precarios. Eso hace que el ladrillo sea muy barato hoy en día”.

 
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