Observar las modificaciones geológicas en el territorio nacional y trasandino en un período que abarca desde hace 350 a 65 millones de años (Ma) es parte de las investigaciones realizadas por el geólogo y académico de la Universidad Andrés Bello, Pablo Rossel y un equipo integrado por científicos de Chile, Estados Unidos, Rumania y Argentina. Este es un trabajo centrado en comprender las características evolutivas del margen de subducción durante el Paleozoico y Mesozoico.
“Hemos detectado que entre 220 y 170 Ma, La subducción (proceso por el cual una placa tectónica se introduce debajo de otra) en estas latitudes no era la misma que tenemos hoy. Particularmente, el modelo normal dice que tenemos una placa oceánica que va debajo del continente y esto es lo que provoca terremotos y volcanes”, aterriza en términos sencillos el académico de la sede de la UNAB en Concepción. “Lo que pasó en este periodo es que esa placa subducida se rompió y se habría formado algo llamado ‘ventana astenosférica’.configuración que impacta directamente en las características de las rocas que se formaron durante este período”, detalla Rossel.
La importancia de este estudio es que pretende llenar parte de los múltiples vacíos de conocimiento existentes sobre estos territorios. Y aunque el grupo de investigadores se mueve en el área de las ciencias básicas, el impacto de estos hallazgos puede llegar incluso a cuestiones cotidianas. “Una de las principales relevancia es la comprensión de la dinámica evolutiva del territorio.
Básicamente, Cuanto mejor conozcas el sustrato, mejor podrás planificar su desarrollo. por ejemplo, dónde explotar minerales, dónde están los riesgos, cómo diseñar obras viales o cosas que aún no sabemos pueden ser importantes en el futuro”, detalla.
El trabajo es meticuloso. El proceso de investigación sigue una secuencia estructurada que comienza con la identificación de lagunas en la literatura existente. Una vez reconocida la incertidumbre, se buscan fondos para apoyar la investigación. Posteriormente, el equipo se desplaza al terreno, donde se realiza el reconocimiento de las características de las rocas y su contexto geológico general.
En base a estas características identificadas se realizan muestreos y parte de los análisis se realizan en laboratorios especializados, muchas veces en el extranjero, debido a la complejidad y especialización requerida, lo que implica un coste importante. Con datos recolectados en campo, información bibliográfica y resultados de laboratorio, Se desarrollan modelos geológicos que constituyen la base de las publicaciones científicas. Este enfoque multidisciplinario y por fases garantiza la generación de conocimientos sólidos y detallados sobre la evolución del margen de subducción.
trabajo de campamentoo presenta desafíos, especialmente en el acceso a áreas restringidas por propietarios de tierras o comunidades locales, que a veces desconfían de los geólogos. Este estigma se basa en la creencia errónea de que siempre están buscando depósitos minerales, lo que afecta el acceso a tierras de investigación cruciales.
Rossel trabaja con equipos de investigadores como Manuel Suárez, Alfonso Encinas, Claudia Zaffarana y Mihai Ducea. La colaboración se extiende a nivel internacional, con la Universidad de Bucarest como socio potencial para análisis especializados. Cuenta con financiamiento de la ANID y fondos de la Universidad Andrés Bello.
