El presidente electo, Javier Milei (La Libertad Avanza), habló en declaraciones a Radio Mitre sobre sus planes de gobierno a partir del 10 de diciembre. Entre ellas mencionó la privatización de empresas públicas.
“En la transición que estamos pensando en el tema energético, tanto Enarsa como YPF tienen un rol. Mientras se racionalizan estas estructuras, se ponen a crear valor, y de esa manera se pueden vender de manera muy beneficiosa para todos los argentinos”, afirmó.
También afirmó que se tiene que privatizar tanto la Televisión Pública, como la Radio Nacional y Télam. “Todo lo que pueda estar en manos del sector privado, va a estar en manos del sector privado”, consideró.
En esta nota te contamos cuáles son las características de las empresas públicas en Argentina, cómo han evolucionado sus cuentas en los últimos años, qué aportes exigen al Estado y cuánto personal emplean.
Empresas públicas en Argentina
El Ley de Administración Financiera define empresas públicas como aquellas “Empresas del Estado, Sociedades del Estado, Sociedades Anónimas con Participación Mayoritaria del Estado, Sociedades de Economía Mixta y todas aquellas demás organizaciones empresariales donde el Estado nacional tenga participación mayoritaria en el capital o en la formación de decisiones corporativas”.
Agustina Marante, economista y docente de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Belgrano (UB), dijo Comprobado que “las empresas públicas tienen su origen en lo que conocemos, en economía, como fallas de mercado. Hay ciertos bienes o servicios que tienen ciertas características que hacen que sus mercados tengan un mal desempeño. En el caso de las empresas públicas lo que pasa es que generalmente son mercados monopólicos y tienen altos costos para ingresar a la actividad”.
Mientras tanto, un trabajo publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sostiene que las empresas públicas son “toda entidad jurídica en la que el Estado ejerza derechos de propiedad (…) siempre que su objeto o sus actividades, o parte de ellas, tengan un carácter principalmente económico”.
Siguiendo estos criterios, el Ministerio de Economía de la Nación informó en su último Boletín Fiscal -a partir del primer trimestre de 2023- que Hay 33 empresas públicas. Entre las más importantes se encuentran Aerolíneas Argentinas, Agua y Saneamientos Argentinos (AySA), Correo Argentino y Empresa Argentina de Soluciones Satelitales (ARSAT).
YPF no está en esa lista: Gonzalo Diéguez, especialista en Empleo Público y exdirector del área de Gestión Pública del Centro para la Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), señaló a Comprobado que “hay una discusión desde el punto de vista del derecho administrativo”, dado que si bien el Estado tiene una participación mayoritaria y nombra a los gerentes y al presidente, la empresa también cotiza en la Bolsa de Valores y no tiene dependencia financiera de el poder. Ejecutivo.
De acuerdo a este trabajo de Cippec, el 33% de las empresas estatales se dedican al ramo de Transporte y almacenamiento (como Aerolíneas Argentinas); mientras que el 18% son del sector Telecomunicaciones (ARSAT); el 12% de Industria (Tandanor); otro 12% de Energía (Energía Argentina SA); El 9% de Intermediación Financiera (Casa de la Moneda) y el 16% restante se dedica a actividades como Construcción (Coviara), Docencia (Educ.ar) y abastecimiento de agua y alcantarillado (AySA).
Cómo evolucionaron las cuentas de las empresas públicas a lo largo de los años
Según Diéguez, el proceso de nacionalización de empresas se inició en 2003, luego de la tendencia privatizadora registrada en los años 90. “Del 2003 al 2019 hubo una tendencia de expansión del Estado, creando empresas públicas. Con el gobierno de Néstor Kirchner se renacionalizaron Aguas Argentinas (hoy AySA) y Correo Argentino, mientras que con Cristina Fernández de Kirchner las nacionalizaciones más importantes fueron las de Aerolíneas Argentinas e YPF. Mauricio Macri, por su parte, si bien redujo el número de empresas mediante fusiones, también creó otras nuevas”.
De 2008 a 2022, según un análisis de Comprobado hecho en base a datos del Ministerio de Economía de la Nación, El déficit operativo de las empresas públicas (es decir, cuando los ingresos por el servicio que prestan son inferiores a los gastos operativos) es multiplicado por 6 en términos reales (es decir, teniendo en cuenta el efecto de la inflación).
En 2008, al inicio de la gestión de Cristina Fernández de Kirchner -Frente para la Victoria-, el déficit operativo de las empresas públicas representó el 0,14% del PIB, y alcanzó el 0,41% en 2015, al final de su presidencia. Mientras tanto, Mauricio Macri -Cambiemos- finalizó su mandato con un déficit del 0,39% del PBI mientras que en 2022 (durante la presidencia de Alberto Fernández -Frente de Todos-) alcanzó el 0,76%, cifra ligeramente inferior al punto más alto de la serie. registrado en 2021 (0,78%).
Entre las empresas que publicaron sus balancesEn 2022, la que tuvo mayor déficit operativo fue AySA ($103 mil millones), seguida de Aerolíneas Argentinas ($45 mil millones), Correo Argentino ($39,9 mil millones) y Corredores Viales ($30 mil millones).
Según la consultora Invecq (basada en los últimos datos disponibles de cada país), Argentina es el único país de la región cuyas empresas públicas tienen déficit operativo: en el otro extremo, Chile logró un superávit del 1,6% de su PBI; Colombia, 1,1% y Brasil, 0,7%.
Al respecto, Diéguez destacó las experiencias de Chile y Colombia como 2 casos de buena gestión de las empresas públicas, dado que “hay una visión muy centralizada para que las acciones de las empresas estén alineadas con los objetivos del Estado”.
Y agrego: “Hay empresas públicas en países de todo el mundo. Incluso en los centrales. Pero el problema en Argentina es que los órganos de coordinación y control están muy descentralizados. e impedir la coordinación de políticas públicas”.
Aportes del Estado a las empresas
Como se explica en esta nota Rafael Flores, economista de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP), la forma de medir el costo de las empresas públicas para el Gobierno es a través de los aportes que reciben del Tesoro Nacional.
En este caso, una serie publicada por la consultora Invecq muestra que El pico de aportes a empresas públicas se produjo en 2014 (durante la gestión de Cristina Fernández de Kirchner), cuando el Tesoro destinó el equivalente al 2,4% del PBI en recursos. Los aportes se redujeron en los años siguientes hasta alcanzar el 0,7% en 2019, último año de la gestión de Macri como presidente, pero luego volvieron a aumentar hasta el 1,7% registrado en 2021 (en la gestión de Alberto Fernández), último año relevado por la consultora. .
Mientras tanto, según datos del Ministerio de Economía de la Naciónentre las empresas a las que más fondos se destinaron en 2022 se encuentran Energía Argentina ($ 380.919 millones, relacionados con la subsidios a la energía eléctrica); Operador Ferroviario Sociedad del Estado ($176.912 millones) para subsidios al transporte; AySA ($78.701 millones) y Aerolíneas Argentinas ($72.908 millones).
En su conjunto, las empresas públicas contaban en julio pasado con 110.802 empleados, según datos de empleo publico elaborado por el INDEC. La empresa con mayor número de trabajadores es Operador Ferroviario (23.846), seguida de Correo Argentino (17.103), Aerolíneas Argentinas (11.954) y AySA (7.754).
El debate en torno a la existencia de empresas públicas
Durante la campaña electoral, Javier Milei -quien fue elegido presidente con el 55,7% de los votos tras la segunda vuelta del 19 de noviembre- ya había propuesto el “cierre o privatización” de empresas públicas.
Marante dijo Comprobado que “por nuestra historia tendemos a pensar que el Estado administra mal y que deben ser administrados de manera privada, pero la verdad es que hay países que tienen servicios públicos con una gestión pública eficiente y hay otros países que los tienen administrados de manera privada y también funcionar de forma eficiente. En el lado opuesto tenemos países en los que funciona mal, independientemente de que sea una gestión pública o privada”.
En el mismo sentido, Diéguez aseguró a este medio que “Ni Estados Unidos ni Francia privatizaron sus servicios postales. ¿Son deficientes? Depende con qué variables se analicen. ¿Hay espacios para que las empresas mejoren? Sí. ¿Significa esto que deberían privatizarse? No necesariamente”.
El especialista consideró que “en el mundo no hay debate sobre si las empresas deben privatizarse o nacionalizarse. “Casi todos los países tienen una mezcla entre ambos sistemas: público y privado conviven en algunos servicios y funcionan muy bien”.