A lo largo del año, en el Archipiélago, más de mil especies de tortugas han sido apoyadas en sus procesos de desove, eclosión y camino hacia su hábitat natural.
Foto: Corporación para el Desarrollo Sostenible del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina
Las tortugas marinas y sus sitios de anidación están amenazados por varios factores de su entorno, entre ellos la caza indiscriminada, la erosión costera y las mareas altas, producto del cambio climático. Por ello, las autoridades ambientales han trabajado juntas para garantizar su protección y supervivencia.
Las tortugas marinas y sus sitios de anidación están amenazados por varios factores de su entorno, entre ellos la caza indiscriminada, la erosión costera y las mareas altas, producto del cambio climático. Por ello, las autoridades ambientales han trabajado juntas para garantizar su protección y supervivencia.
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Tortugas Carey (Eretmochelys imbricatas) no están exentos de este problema, ya que Están catalogados como especies en peligro de extinción debido al accionar irresponsable del ser humano.. Estos animales emprenden migraciones hacia las playas para anidar, donde las hembras suelen cavar nidos en la arena para depositar sus huevos. Después del período de incubación, los huevos eclosionan y las crías se dirigen hacia los océanos.
Por ello, el pasado 20 de noviembre, la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina (Coralina), Fue testigo del nacimiento de 150 tortugas de este tipo. A través de la Subdirección de Mares y Costas, en el componente de Coordinación del Parque Regional Johnny Cay, la corporación se encargó de velar por que los animales nacieran en condiciones saludables. Las autoridades ambientales también estuvieron presentes para garantizar la seguridad de estos animales recién nacidos.
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Según informó la corporación en un comunicado, a lo largo del año, en el Archipiélago, Más de mil especies de tortugas han sido apoyadas en sus procesos de desove, eclosión y camino hacia su hábitat natural.
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El mes pasado, quinientas tortugas marinas recién nacidas lograron ser liberadas en Buenaventura, gracias al apoyo de la Asociación Guardianes del Manglar. Esta organización suele utilizar granjas de tortugas para conseguir que el mayor número de estas especies nazcan en su hábitat natural.