El corazón de María Elena Gallego Ríos late con fuerza en su pecho cada vez que esta ferviente madre, que busca a su hija desaparecida desde hace 12 años, piensa en ella como el milagro de su vida.
Y aunque ha sufrido varias pérdidas y las ha expresado en escritos y mensajes, su corazón destrozado por la tristeza intenta mantener la esperanza en su milagro, por Sandra Viviana Cuéllar eso le devolvió esas ganas de ser madre, luego de que su primer bebé falleciera el mismo día que ella dio a luz.
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Por eso, la mujer, que ha demostrado fortaleza en esta década, viene participando activamente en los carnavales por la vida de Sandra con organizaciones de derechos humanos, cada año el día de la desaparición. La señora no ha dejado de preguntar por qué y quién le arrebató a Sandra Viviana el 17 de febrero de 2011, cuando era una joven de 26 años e ingeniera ambiental de la Universidad Nacional de Palmira.
Sandra Viviana Cuéllar, desaparecida el 17 de febrero de 2011.
Fue aquel viernes de hace 12 años. que la amante de la danza, los ríos y la enseñanza, desapareció cuando iba a encontrarse con un profesor de su universidad. Lo último que María Elena y José Dúmar Cuéllar, el padre, se enteró por la ambientalista que iba a tomar un bus, pasadas las 10:00 de la mañana, en la vía de Cali a Palmira. Se trata de la zona de Paso del Comercio, recordada por el estallido social, ya que allí se enfrentaron manifestantes y policías, dejando víctimas mortales a su paso.
En ese lugar es como si la tierra se hubiera tragado a Sandra. Doce años después, las autoridades no informan lo que le pasó.
El corazón de madre de María Elena Gallego Comenzó a acelerarse más cuando al día siguiente de la desaparición, sábado 18 de febrero, les notificaron que habían encontrado el bolso con el celular de su hija y otras pertenencias. No faltaba nada. Pero no había rastro de ella. Entonces no hubo robo, fue otra cosa. Y la preocupación fue mayor en el corazón de la mujer y su esposo que han criado a su familia desde un granero o tienda en el humilde barrio Sucre, en el centro de Cali, buscando no desmoronarse aún más.
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María Elena Gallego, madre de Sandra Viviana Cuéllar.
Sandra Viviana Heredó esa fuerza de su madre para alzar su voz en la lucha por la conservación del río Cauca, por mejores condiciones laborales para los cortadores de caña, por la protección de los humedales, la preservación de las áreas naturales en el distrito de El Hormiguero y la defensa de la tierra por los indígenas del Cauca. Esa pasión por las causas ambientales la despertó cuando se unió a la organización Censat Agua Viva. Tenía 24 años cuando comenzó a formar parte de la entidad.
Una de las cartas escritas por la señora María Elena y conservadas en los registros del Comisión de la Verdad dice:
“Escribo esta carta porque quiero que sepas cómo ha sido mi vida. Soy una mujer humilde, nacida el 17 de marzo de 1961 en Versalles (Valle). Tengo padres muy dedicados, muy responsables y nos enseñaron a todos. Éramos 10 niños y los que supimos aprovechar el estudio lo hicimos”. Cada palabra se preserva en la Comisión de la Verdad donde el grito de su madre por encontrar respuestas a una desaparición forzada está vivo.
Sandra Viviana Cuéllar, desaparecida el 17 de febrero de 2011.
Quedé embarazada otra vez; Tuve otra hija por la que luché y traté de darle un estudio en lo que más le gustaba: ser ingeniera ambiental.
“Me casé, al mes quedé embarazada, tuve mi primera hija y ella solo duró ocho horas y murió. Con la tristeza y pena con mi esposo de que ella no iba a servir como madre, quedé nuevamente embarazada; Tuve otra hija por la que luché y traté de darle un estudio en lo que más le gustaba: ser ingeniera ambiental. Trabajó en el referéndum del agua, defendió la tala de árboles, la recuperación de humedales, haciendo labor social y cultural, fue una gran bailarina.
“Me refiero a Sandra Viviana Cuéllar Gallego, quien desapareció el 17 de febrero de 2011 en el tramo Cali-Palmira. Desde entonces mi familia se desintegró y me he dado a la tarea de investigarlo. Vayan aquí, vayan allá, vayan a talleres para aprender a buscar a mi hija porque lo que más quiero de ella es que aparezca, que me den cuenta de ella, ya que el trabajo que ella hizo es muy importante para la humanidad. .
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“En este momento estoy trabajando con mi otro hijo para poder salir adelante y poder estudiarlo para que sea un buen hijo. Si alguien lee esta carta y sabe quién está hablando y quiere responderme o darme un consejo, es bienvenido”.
Lo escribió en 2019 y desde entonces, doña Gallego Ríos también ha escrito más palabras, esas que ha repetido en esos carnavales anuales de la vida, pensando que Sandra, de alguna parte, pueda hacer realidad el amor de su familia, de sus padres. , su hermano y sus amigos que se han unido para sumarse a esas manifestaciones que buscan visibilizar a los más de 8.240 desaparecidos en el Valle del Cauca, en estos 12 años.
Pensar que Sandra, desde algún lugar, puede notar esfuerzos por unirse por ella y que buscan visibilizar a los más de 8.240 desaparecidos en el Valle del Cauca, en estos 12 años
“No te hemos olvidado, niña mía. Mi mundo. Sé que le preocupaba la tala de árboles, los monocultivos. “Me preguntaba ¿qué es eso?” escribió la señora.
En 2021, Ánderson Gallego, primo de la joven desaparecida, escribió otras sentidas palabras. Habían pasado 10 años, en ese momento..
“Diez. Desde ese momento de terror en la cara de mi hermana cuando se enteró por teléfono que mi prima no aparecía, que Sandra se había ido a Nacho en Palmira pero nunca había llegado a su destino.
Desde ese momento hasta ahora llevamos 87.600 horas esperando respuesta de por qué desaparecieron y dónde está mi prima Sandra Viviana Cuéllar Gallego.
Nadie ha dado la razón. Nadie.
“Artículo 12. Nadie podrá ser sometido a desaparición forzada, tortura o tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes”, dice nuestra Constitución. ¿Y de qué nos sirve eso? ¿Acerca de?
Es inhumano que mi tía, la madre de Sandra, contenga las lágrimas en cada reunión familiar, añorando que Sandra esté con nosotros. No puedo entender el dolor que ha cargado todo este tiempo, la incertidumbre, la impotencia, la frustración, la ansiedad que produce no obtener una respuesta.
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“Y la entiendo –aunque no puedo hacerlo en el sentido materno/paterno-… porque Sandra tenía que estar aquí, continuando su lucha, defendiendo lo justo, lo sensato, lo que hay que defender. Dar y recibir amor.
“También me gustaría que mi prima estuviera con nosotros. Sandra alegraba aún más mis reuniones familiares, fue un referente personal en muchos aspectos, y su empatía y nobleza nunca abandonaron mi corazón.. Porque se rió con ella. Ella representaba alegría para mí. Ella todavía lo hace, pero no puedo ver su sonrisa. No puedo abrazarla. Nos quitaron esa posibilidad.
“Año tras año publico algo en el aniversario de su desaparición y en su cumpleaños: una canción, un artículo, cualquier cosa para mantener viva su imagen. Tal vez sea una forma de catarsis, o de compromiso con lo que ella representa para nosotros, no lo sé con certeza, pero un sentimiento de nostalgia y tristeza siempre me invade esos días, por más que quiera recordarla con alegría. .
“Hoy se cumple una década que nadie pidió ni desea. Hoy me duele más sentir cómo año tras año hemos visto desvanecerse esa esperanza de verla regresar sana y salva, porque sobrevivir a Colombia parece no ser una tarea fácil, especialmente si se decide ir en contra de ciertas fuerzas predominantes (…) Prohibido olvidar”termina la carta. La carta más reciente de la madre de Sandra, a pesar de tener el alma destrozada y tratar de recuperar el aliento a diario, fue escrita para ella por su cumpleaños. Fue el pasado 24 de octubre:
“Hoy 24 de octubre esta hermosa niña, la reina de mi corazón, Sandra Viviana Cuéllar Gallego, cumple 39 años. Eres un ser maravilloso y hermoso, noble y muy inteligente.
“Quién hubiera pensado que tú, mi pequeña, serías una persona tan importante en este mundo, tan llena de tantas cualidades, que solo pensabas en ayudar a los más vulnerables, a las personas humildes y al medio ambiente, lo más importante para ti. .
“Cada día recuerdo con amor y nostalgia cada momento que compartí contigo, cada celebración de tu cumpleaños con toda tu familia.
“Hoy más que nunca quiero decirte que te amo inmensamente, que me siento orgullosa de ser tu madre, de ver la gran mujer en la que te convertiste, pero lo que más le pido a Dios y a la Virgen María es tenerte con Yo otra vez, verte volver a casa y seguir viéndolo triunfar, crecer y poder gritarle al mundo que regresaste vivo, sano y salvo después de tantos años.
“Este sería el mejor regalo que espero cada día con fe y esperanza. Feliz cumpleaños a mi niña hermosa, Dios te bendiga siempre donde quiera que estés y te llegue este mensaje.
Con amor tu mamá
“María Elena Gallego”.
Este caso se suma a las 544 personas desaparecidas que reportó el Instituto Nacional de Medicina Legal entre enero y septiembre de este 2023, en el Valle del Cauca (405 estaban solo en Cali)
Este caso se suma a las 544 personas desaparecidas que reportó el Instituto Nacional de Medicina Legal entre enero y septiembre de 2023, en el Valle del Cauca (405 estaban solo en Cali), y a las más de 700 que hubo en 2011, cuando nadie supo de él. Sandra Viviana nuevamente. Aunque esta dramática historia llegó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)todo queda bajo el más completo misterio.
La CIDH otorgó medidas cautelares el 22 de junio de 2011 por esta desaparición forzada. Una de estas medidas abarcó al maestro Hildebrando Vélez, quien fue mentor de Sandra Viviana, porque él también comenzó a buscar respuestas, pero en ese deseo desesperado vinieron las amenazas de muerte y el acoso.
Según cuentan familiares y amigos, el proceso quedó paralizado desde el momento de la desaparición. No hay indicios de dónde se encuentra el joven ambientalista nacido en 1984.
Lo único que les queda es seguir llorando, es no desistir en la búsqueda, continuando con la organización de los carnavales por la vida para ella, pero con el deseo de que el próximo 17 de febrero las lágrimas de María Elena Gallego no vuelvan a ser. para la hija ausente, sino para celebrar el regreso de una mujer superviviente.
CAROLINA BOHÓRQUEZ
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
CALI