El espacio es un área que ofrece grandes oportunidades para el desarrollo social y económico de México y el mundo. Sin embargo, para aprovecharlos se requiere una colaboración efectiva entre los sectores público y privado, tanto a nivel nacional como internacional.
El sector público tiene un papel fundamental en el desarrollo espacial, ya que es responsable de establecer políticas, regulaciones e incentivos para promover las actividades espaciales. Además, el sector público puede promover la investigación científica y tecnológica, así como la educación y la formación de capital humano especializado en el campo espacial.
El sector privado, por su parte, tiene un papel clave en la innovación, la inversión y la prestación de servicios espaciales. El sector privado puede ofrecer soluciones eficientes y competitivas para satisfacer las demandas del mercado y de la sociedad en comunicaciones, navegación, observación de la Tierra, exploración, minería, turismo y fabricación espacial.
La colaboración entre los sectores público y privado puede generar beneficios mutuos y sinérgicos para ambos actores. Por ejemplo, el sector público puede apoyar al sector privado creando un marco legal favorable, mitigando los riesgos asociados con los emprendimientos espaciales, mediante la asignación de recursos financieros, la provisión de infraestructura y servicios básicos, así como generando demanda pública de servicios espaciales. . El sector privado puede contribuir al sector público transfiriendo conocimientos y tecnología, creando empleos y riqueza, diversificando la economía y mejorando la calidad de vida de los ciudadanos.
La colaboración entre los sectores público y privado también puede extenderse al ámbito internacional, ya que el espacio es un dominio global que requiere cooperación multilateral. La cooperación internacional puede facilitar el intercambio de información y experiencias, el acceso a recursos e infraestructuras compartidos, la coordinación de acciones conjuntas y la resolución pacífica de conflictos.
Un ejemplo exitoso de colaboración entre el sector público y privado a nivel internacional es el programa Artemis, que busca llevar a la primera mujer a la superficie lunar alrededor de 2026, así como establecer una estancia permanente en la Luna. Este programa es liderado por la NASA (sector público) e involucra a varias empresas (sector privado) como SpaceX, Blue Origin, Dynetics, Lockheed Martin, Boeing, entre otras. Estas empresas prestan diversos servicios como transporte espacial, sistemas de alunizaje, módulos habitacionales, trajes espaciales, etc.
Además, el programa Artemisa cuenta con la participación de varios países aliados como Canadá, Japón, Australia, Italia, Reino Unido y México, entre otros. Estos países proporcionan capacidades tales como comunicaciones espaciales, capital humano altamente especializado e infraestructura de laboratorio.
El programa Artemisa demuestra que la colaboración entre los sectores público y privado es posible y beneficiosa para todos los involucrados. Sin embargo, este no es el único caso ni el único ámbito donde se puede aplicar esta colaboración. Hay muchas otras oportunidades para trabajar juntos en el espacio, tanto en la órbita terrestre baja como en la órbita cislunar o más allá.
Por tanto, es necesario que tanto el sector público como el privado reconozcan el valor estratégico del espacio y se comprometan a colaborar eficazmente para aprovechar las oportunidades que ofrece. El espacio es un escenario para la colaboración, no para la competencia. Sólo así podremos alcanzar el máximo potencial de desarrollo espacial en beneficio de México y el mundo.
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