El desastre del Guerrero II – .

El desastre del Guerrero II – .
El desastre del Guerrero II – .

Hace 10 años, a raíz de los importantes daños causados ​​por los huracanes Manuel e Ingrid en Acapulco, esta columna propuso una serie de ideas para aprovechar la Desastre de Guerrero como catalizador de reformas que cambiarían las condiciones estructurales del puerto y del estado. La magnitud de la tragedia provocada por Otis vuelve a poner sobre la mesa la urgente necesidad de modificar las condiciones políticas, de seguridad y económicas para sentar las bases de un futuro más prometedor.

Poco se logrará si no se cambian las estructuras gubernamentales y de grupos de interés que asfixian al hermoso puerto de Acapulco. La respuesta a Otis requiere una visión de largo plazo para la transformación política y económica de Acapulco, los municipios costeros circundantes y el resto de Guerrero. La elección de presidentes municipales en 2024 puede convertirse en la ocasión para que los ciudadanos expresen su deseo de un cambio profundo, de una auténtica refundación.

Para nadie es un secreto que el estado de Guerrero es uno de los más atrasados, con importantes rezagos y niveles de pobreza, especialmente extrema, muy por encima del promedio nacional. Según la medición de pobreza del Coneval para 2022, el 60.4% de los habitantes del estado vivían en pobreza y el 22.2 en pobreza extrema, mientras que el promedio nacional de pobreza se ubicaba en 36.3 y la pobreza extrema en 7.1.

Tampoco lo son los problemas generalizados de gobernabilidad, la vasta presencia del crimen organizado en las montañas y en Acapulco, la connivencia de la clase política con grupos de interés y criminales, y la fuente de recursos ilícitos que provienen del narcotráfico, la trata de personas y la extorsión para financiar campañas políticas locales pero también nacionales. Tampoco lo es el estricto control del sindicato de docentes sobre el sistema educativo y su presupuesto.

Todas estas condiciones complican los esfuerzos de rescate y predicen obstáculos importantes para una reconstrucción exitosa. Para que la emergencia y posterior reconstrucción de las zonas afectadas en Guerrero sea atendida por los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil y la ciudadanía, se requiere de un Estado de derecho que garantice la integridad y seguridad de los habitantes, así como el respeto por los derechos humanos. propiedad pública, comunitaria y privada. Sólo esto permitirá que fluya el apoyo de emergencia, se restablezcan las cadenas de suministro de proveedores de bienes y servicios a los consumidores y se genere certeza para la inversión que se requerirá para la reconstrucción.

Bajo el argumento de que el daño fue sólo incidental y no estructural, se puede dejar una oportunidad para reorganizar Acapulco, realzar sus enormes ventajas naturales y su talento, local y extranjero, y servir como modelo para la reestructuración de todo el estado. Si la reconstrucción termina siendo reparación de fachadas, cambios de puertas y ventanas y reamueblamiento, poco se hará para avanzar en el rediseño sustentable, rentable e inclusivo que los acapulqueños y sus visitantes merecen.

Acapulco está lleno de construcciones que limitan su potencial y que reflejan no sólo corrupción en el otorgamiento de permisos, sino también la ausencia de derechos de propiedad claros e incentivos para proteger la belleza natural de un puerto que, por supuestamente ser de todos, termina sin pertenecer a nadie. . Esto no incluye sólo restaurantes y puestos en las playas, sino también edificios y locales comerciales que, con una adecuada planificación urbanística y playera, nunca se habrían permitido.

Sin embargo, la dimensión del desastre sí permite vislumbrar un enfoque urbanístico que privilegia al mismo tiempo la asombrosa belleza natural del lugar con la sostenibilidad de la bahía, la calidad del agua dulce y salada y la fauna y flora local. y con la explotación racional del turismo y el entretenimiento y la generación de empleo bien remunerado.

Una vez diagnosticados los daños y clasificados los edificios e infraestructuras en términos de daños estructurales y posibilidades reales de rehabilitación, se podría proponer un plan urbanístico que establezca reglas claras de explotación y permita que el puerto florezca. El plan podría contemplar preliminarmente los siguientes elementos:

Infraestructura básica

1. Vertederos de basura y confinamiento de residuos. Otis ha dejado una enorme cantidad de escombros, materiales inorgánicos de todo tipo, materia orgánica procedente de la naturaleza devastada y basura que urge recoger, depositar, reciclar y confinar en instalaciones que sirvan ahora y en el futuro. La recolección de basura en Acapulco tiene una historia de problemas y corrupción que pueden corregirse si se asignan adecuadamente los sitios para su depósito y confinamiento y se propician las mejores condiciones ambientales para hacerlo. La alternativa será quemar muchos de estos residuos o acabar contaminando la bahía cuando vuelva a llover.

2. Rediseño de instalaciones portuarias y marinas. Acapulco hace tiempo que dejó de ser un puerto de uso industrial. Muelles, atracaderos, marinas y malecones deben tener como único fin promover el turismo y la convivencia social. Es hora de rediseñarlos y reformular las tarifas de recaudación para asegurar su viabilidad financiera.

3. Privilegiar malecones. La bahía debe favorecer la mayor extensión posible de malecones para evitar construcciones que impidan el acceso o la visión de las playas. Los malecones deben ser lo suficientemente anchos y largos para realzar la belleza de las playas, permitir la convivencia social y contar con sistemas de drenaje y recolección de agua de lluvia para garantizar la calidad del agua. Esto implicaría retirar los permisos, de facto o de jure, que han tenido restaurantes e instalaciones en playas como Caleta y Caletilla, Hornos, Hornitos, la Condesa, Puerto Marqués, Revolcadero y otras, así como la expropiación de ciertas propiedades, incluyendo algunos en aquellos en los que la reparación de los inmuebles resulta demasiado costosa o compleja.

4. Aeropuerto de gran altitud. Otorgar quinta libertad irrestricta para carga y pasajeros para el aeropuerto de Acapulco con el fin de atraer vuelos provenientes de Asia para el tráfico de personas y carga. Se argumentará que nadie estará interesado en utilizarlo, a lo que la respuesta sería que entonces no hay argumento para no concederlo.

5. Ferrocarril de Lázaro Cárdenas a Salina Cruz principalmente para carga, pero también para pasajeros. El futuro del sur de México, incluido Guerrero, depende de su conexión logística con la costa este de Estados Unidos. El enlace portuario de Lázaro Cárdenas, Salina Cruz, Tapachula, Coatzacoalcos, Progreso, Móvil y San Petersburgo es clave para el desarrollo agrícola y agroindustrial de las costas de Guerrero, Oaxaca y Chiapas, con gran potencial en fertilidad y disponibilidad de agua.

6. Líneas de transmisión eléctrica de alta tensión a lo largo de toda la costa para asegurar suministro, calidad y redundancia, desde Lázaro Cárdenas hasta Tapachula.

7. Construcción de la presa Parota para generar electricidad, asegurar el suministro de agua y prevenir inundaciones.

8. Participación de Fonatur. Encargar a Fonatur la construcción y mantenimiento de la infraestructura que limita con las áreas federales en las playas: muelles, embarcaderos, marinas, malecones, así como la expropiación de terrenos de aquellas edificaciones próximas a las playas que no puedan o deban ser recuperadas. Las propiedades liberadas deberán utilizarse para la ampliación de malecones, el diseño de parques para la fauna y la flora y para el establecimiento ordenado de negocios. El pago de inmuebles y alquileres de locales comerciales y embarcaciones en todas estas infraestructuras constituirían la fuente de ingresos para hacer posible la financiación de Fonatur.

Rediseño municipal

El municipio de Acapulco es demasiado grande y complejo para que la calidad de los servicios urbanos, el cuidado de las playas y el medio ambiente y la seguridad dependan sólo de uno Autoridad central. Dada la extensión geográfica y la compleja orografía, sería mejor una subdivisión en cinco o seis municipios para acercar autoridades y ciudadanos. Más aún ahora que se permite la reelección. La cercanía a la población hará que la corrupción sea menos probable al aumentar la rendición de cuentas. Se podría pensar en un municipio para la región central hasta Diana, otro desde Diana hasta Icacos, otro para la carretera escénica, Puerto Marqués hasta la zona del diamante, otro desde el centro hasta Pie de la Cuesta y uno más para las zonas altas y para Renacimiento. , Por ejemplo.

Para promover la viabilidad municipal y sentar las bases para el establecimiento del Estado de derecho, es necesario diseñar un mecanismo de recaudación de ingresos. impuesto a la propiedad a cargo de una autoridad supramunicipal, también coordinador de grandes obras de infraestructura para Acapulco. La recaudación del impuesto predial, sin embargo, se etiquetaría como gasto de la siguiente manera: 20% para la autoridad aglomeradora, 50% para el municipio y 30% para la comunidad donde se ubica la propiedad. Acapulco tiene una capacidad de recaudación de impuestos a la propiedad muy importante que ha sido crónicamente subutilizada. Se podría firmar convenio con Inegi para subcontratar catastros municipales. Además, el presupuesto de la federación podría recompensar la recaudación de propiedades en proporción directa a la marginación de cada propiedad para estimular la recaudación y la certeza de la propiedad en todos los segmentos sociales, así como asegurar la mejora y reconstrucción de los barrios populares.

Como incentivo, las autoridades podrían extender seguros contra terremotos, huracanes y robos a todas las propiedades que paguen puntualmente los impuestos prediales. Esta medida serviría como un importante mecanismo de prevención; Las compañías de seguros podrían ser catalizadores para que los edificios cumplan con las normas de seguridad contra desastres naturales.

Turismo médico

El potencial de Acapulco como destino de turismo médico y de retiro para pacientes mexicanos y extranjeros es significativo, pero requiere importantes inversiones para la seguridad y la prestación de servicios de salud de primer nivel. Se necesitaría la apertura de un gran centro hospitalario, así como escuelas de enfermería y medicina de excelencia y una mejora del sistema educativo. El rediseño de Acapulco debería contemplar el desarrollo de un centro de excelencia en salud, mucho más que ser la sede del Ministerio de Salud.

El desastre provocado por Otis nos obliga a reflexionar y apostar por un futuro diferente para Guerrero y Acapulco; Es hora de hacerlo.

Gorjeo: @eledece

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