En los próximos días se conocerá la declaración del Estado de emergencia en los distritos de san juan de lurigancho y San Martín de Porres (Lima Metropolitana), así como en la ciudad de Sullana (Piura), ante el incesante avance de la delincuencia en el Perú. El detonante fue la explosión de dos granadas de guerra en menos de 72 horas al este de la capital.
El presidente Dina Boluarte Lo anunció desde Nueva York (Estados Unidos), donde participa en la 78 Asamblea General de las Naciones Unidas.
“Hemos decidido esta mañana declarar el estado de emergencia, en esta lucha contra la delincuencia, en tres distritos, San Juan de Lurigancho, San Martín de Porres y Sullana (en Piura), para que podamos, de manera decisiva y más cercana a la población, que esté la Policía, pero el Ejército como apoyo, dentro del marco legal que tienen ambas instituciones”, dijo el presidente peruano TV Perú.
Tras su anuncio, los expertos recordaron que la medida ya fue aplicada en gobiernos anteriores, como el de Pedro Castillo, pero sin resultados realmente valiosos. Es más, el actual gobierno también estableció el Estado de Emergencia en Lima y Callao, pero con fines políticos, para frenar las protestas ciudadanas que, entre otras cosas, exigían la renuncia de Boluarte.
En el marco de esta declaración, los ciudadanos se han vuelto a preguntar qué restricciones regirán en san juan de lurigancho, San Martín de Porres y sullanadonde las tasas de criminalidad parecen haberse desbordado.
Infobae Perú revisó diversos decretos supremos de gobiernos que declararon Estado de Emergencia en el pasado e incluso el actual cuando se implementó debido a movilizaciones masivas. Con base en estos, se determinó que los militares juegan un papel importante al ayudar a la Policía Nacional del Perú a controlar el orden.
Los distintos decretos establecen que “la Policía mantiene el control del orden interno, con el apoyo de la Fuerzas Armadas“, lo que en otras palabras significa que los militares están facultados para intervenir a cualquier ciudadano, junto con la PNP, para “proteger” el orden publico.
Cuando el gobierno de Boluarte decretó el Estado de Emergencia en Lima y otras regiones, en enero de este año, varios derechos constitucionales de los ciudadanos. Lo mismo sucederá ahora en San Juan de Lurigancho, San Martín de Porres y Sullana.
---Cabe señalar que la población podrá continuar con su vida normal, pero -en teoría- con el Estado de Emergencia vigente debería haber una mayor presencia de policías y militares en las calles de los distritos antes mencionados. Además, se deberían seguir más intervenciones para desbaratar el crimen organizado y las mafias.
La aplicación de un Estado de emergencia en un espacio territorial implica:
– La suspensión o restricción del libre tránsito.
– La suspensión o restricción de la libertad de reunión.
– La suspensión del derecho a inviolabilidad del hogar (por sospecha, policías o militares pueden entrar a su casa sin orden judicial).
-La intervención del Fuerzas Armadas para control y vigilancia.
El excongresista y exministro Juan Sheput Expresó desconfianza de que este nuevo Estado de Emergencia vaya a tener resultados que realmente valga la pena.
“En febrero de 2022, el gobierno de Castillo declaró el estado de emergencia en el Callao, situación que se prolongó por más de un año. No ayudó en absoluto. Sin un plan integral que no tienen Boluarte y Otárola, la situación seguirá siendo caótica, con la crisis económica como principal aliciente”, señaló en Twitter.
En la misma línea siguió el politólogo Juan de la Puente: “En los últimos años, el Callao fue declarado en tres ocasiones en estado de emergencia para combatir la delincuencia. La última vez que Castillo lo hizo fue en 2022. Los resultados fueron fracasos absolutos que empoderaron a las mafias. El crimen organizado es un desafío para PNPno para el Fuerzas Armadas”.