Los libreros, contra la Ley del Libro que avanza en el Congreso

Los libreros, contra la Ley del Libro que avanza en el Congreso
Los libreros, contra la Ley del Libro que avanza en el Congreso

09:28 a.m.

El sector editorial y las librerías del país rechazaron la aprobación en primer debate de la reforma del Ley del libro. Sostienen que esta ley no presenta cambios sustanciales, y que enfrentan una crisis económica por la falta de regulación en la “competencia desleal” del comercio electrónico extranjero.

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En la Ley 98 de 1993, que define las “normas sobre democratización y promoción del libro colombiano”, se establecieron beneficios fiscales para el sector editorial, en el que no estaban incluidas las librerías.

Lo que se esperaba fuera uno de los primeros puntos a resolver, quedó sin discusión en el actual proyecto de ley 427 “A través del cual se fortalece el ecosistema del libro en Colombia y se dictan otras disposiciones” aprobado por la Comisión VI el 11 de junio.

Según Ana María Aragón, presidenta del Asociación Colombiana de Librerías Independientes (ACLI), Uno de los principales problemas de la ley es que no ataca directamente a la competencia desleal que, según sus afiliados, enfrentan las librerías respecto a los precios de las editoriales y distribuidoras de libros.

“Los proveedores nos dan un margen operativo del 35% sobre el precio minorista. Ellos fijan el precio del libro; Sobre ese valor debemos pagarles el 65% y ese 35% restante es nuestro margen operativo, del cual tenemos que pagar comisiones bancarias y de tarjetas, impuestos, ICA, renta, gastos de servicios y gastos de personal. Entonces ese margen apenas nos alcanza para poder funcionar”, explicó.

Aragón añade que editores y distribuidores Ofrecen importantes descuentos (entre el 20% y el 33%) cuando venden directamente en ferias o instituciones, lo que deja en desventaja a las librerías.

“De nuestro 35% no podemos darle al cliente un 10% de descuento porque ya no tenemos espacio para operar”, afirma.

Sumado a esto, los libreros reportan que los precios en las páginas de comercio electrónico extranjeras varían significativamente con respecto a los precios establecidos por editoriales y distribuidores.

“Muchos e-commerce extranjeros fijan ellos mismos los precios y dan descuentos a los clientes, que pueden ir del 10% al 70%, es decir; “No respetan el precio actual en el mercado”, afirmó el fundador de la librería Casa Tomada.

Además, dice que la situación se complica cuando estas plataformas también se saltan los contratos de distribución exclusiva que tienen las empresas colombianas, ejerciendo “competencia desleal”, y que, aunque la ley podría cambiar esta situación, no existe una regulación y entidad encargada de sancionar. y regularlo.

Una pregunta conceptual

Silvia Castrillón, vicepresidenta de la Cámara de Editoriales Independientes (CEI), Aseguró que el primer borrador de ley proponía la definición de libro como un texto producido por alguien o algo, en referencia a la Inteligencia Artificial, lo que sería no sólo un error de interpretación, sino también un desconocimiento de los derechos de autor.

“El autor es un creador de un texto, una persona que es moral e intelectualmente responsable de la producción y creación de ese texto, aunque luego será sometido a revisiones y correcciones de estilo, pero el primer responsable del texto es el autor. Esto tiene consecuencias muy importantes: el creador debe estar bien definido, porque él es quien recibe los derechos de autor, es el sujeto de los derechos de autor.

Según Castrillón, este error conceptual se repite en el resto de definiciones, en las que no queda claro el papel del editor e incluso se equipara en definición con la imprenta.

“En Colombia muchas de las imprentas se llaman editoriales y eso es un error porque el hecho de imprimir un libro no da la condición de editorial”, dijo.

Lo mismo ocurre con las librerías y el papel del librero, ya que según el vicepresidente, la ley obliga a estos establecimientos a mantener una oferta amplia acorde a las exigencias del mercado y en la que no intervienen los gustos personales del librero.

En ese sentido, Castrillón sostiene que La ley ignora a las librerías y libreros especializados, que basan su oferta precisamente en sus conocimientos. Agrega que, de ser así, el Estado estaría atado a promover librerías que no se ajustan a la definición de la ley.

Ante esta situación, el gremio editorial tomó la decisión de establecer una jornada pedagógica que se dirija a legisladores y medios de comunicación para explicar en profundidad los problemas de la ley y las soluciones que se proponen desde este sector.

“Vamos a realizar un gran foro, posiblemente después del 20 de julio, quizás en el Congreso. Queremos avanzar en una pedagogía sobre la importancia de tener una buena ley, no la ley que se aprobó en primer debate, que presentan como una ley que se hizo con todos los sectores, cuando eso no es cierto”, dice Castrillón.

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También resalta la importancia del Ministerio de Cultura, encabezado por el titular de la cartera, Juan David Correa -uno de los editores más reconocidos del país- atiende la propuesta de crear una Mesa Nacional del Libro donde se discuta un Plan Nacional del Libro y la Lectura, que tenga en cuenta a los libreros y librerías del país.

 
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