“No hay que infantilizarlos” – .

“¿Te gustaría aterrizar en un mundo de círculos y cuadrados multicolores“¿, de esferas gigantes, de laberintos de espejos, de líneas dibujadas con luz, de móviles con millones de piezas suspendidas en el aire, de gafas para ver las cosas de diferentes maneras?”

La cita es de Julio Le Parc. movimiento sorpresa, el libro que acaba de publicar el especialista en arte y educación Vali Guidalevich en Pequeno Editor. Es una pequeña joya que propone aventuras en papel con enlaces a vídeos de obras y del artista en acción, y actividades. Todo, a la altura de la obra del gran creador argentino, de 95 añosfigura de arte abstracto y cinético.

Se trata de primer libro de Le Parc para niños. ¿Pero es sólo para niños? “Buscar, arriesgar, encontrar, equivocarse, descubrir, esperar, ir y venir, sorprenderme”, dice Le Parc en sus páginas. Por tanto, la respuesta es no. Aunque está escrito y diseñado para que aprendamos experimentando y divirtiéndonos, como la propia obra de Le Parc.

De hecho, el “movimiento sorpresa” es una idea del propio Le Parc que alude a la relación del público con sus creaciones, a su invitación a jugar. “Sin vuestra participación dejarían de existir”advierte en el libro.

Vali Guidalevich. Autor de “Julio Le Parc. Movimiento Sorpresa”. Foto: Ariel Grinberg

movimiento sorpresa cuenta la historia de Le Parc en palabras de Le Parc que Guidalevich tomó de bibliografía y otros documentos. Además, el artista realizó una lectura “cuidadosa” antes de la publicación. Y acompañan el texto. reproducciones de obras e ilustraciones que creóaparte de los enlaces a videos (realizados con la colaboración de Yamil y Gabriel, los hijos de la maestra).

Le Parc habla en el libro de su nacimiento en 1928 en Palmira, un pequeño pueblo Mendoza; de sus primeros trabajos como repartidor de periódicos y en un taller de bicicletas; de su traslado a Buenos Aires; de su paso por la Escuela de Bellas Artes; de su partida París, donde aún vive.; de su rebeldía, su crítica social, su curiosidad, sus ensayos, el esfuerzosiempre en paralelo a la idea de que el arte ocurre cuando artista y público se atreven a jugar.

“No debemos olvidar la oportunidad de aprender disfrutando y disfrutar aprendiendo”estados a Cultura Clarín Guidalevich, doctora en Artes y Educación (Universidad de Barcelona) y especialista en Gestión Educativa (Flacso).

Arriba. Julio Le Parc. Movimiento sorpresa. Vale 28 mil pesos.

Guidalevich, que también estudió diseño textil y es artista visualya publicado 6 libros de arte para niños. Además, coordina el Área de Educación en Artes Visuales de Muntref, creó programas educativos en el Malba y el Centro Cultural Recoleta y, desde hace 20 años, desarrolla “Encuentros de Niños y Niñas” en talleres, museos y galerías. Además, es formadora de docentes. Ella advierte: “No se debe infantilizar la infancia” y así funciona.

Toda la experiencia de Guidalevich está en movimiento sorpresaque se centra en creaciones clave de Julio Le Parc. “¿Sabías que hay obras que parecen estar en movimiento pero en realidad están quietas?”, pregunta el artista. “Logré el efecto óptico formando marcos a partir de una misma figura geométrica, por ejemplo, el cuadrado o el círculo. Estas formas las repitió muchas, muchas veces con cierto orden y pequeños cambios: las rotaba, las hacía más pequeñas (…) alternaba el blanco y el negro. Y de esta manera fue posible engañar a nuestros ojos”. “¿Cómo ven nuestros ojos?”

Luego, se pide a los lectores que lo hagan. Por ejemplo, dibuja un gran círculo en el suelo con una cuerda y arma una composición en su interior, fotografíalo y recréalo. Investiga y diviértete, una y otra vez. Juega en serio.

Vamos a hacerlo. Chicos con “La Larga Marcha”, obra emblemática de Le Parc. Foto: cortesía de Little Editor

movimiento sorpresa investigar en la paleta de 14 colores que inventó Le Parc; su zapatos de primavera caminar de otra manera; su “anticoche“, con ruedas descentradas; él teatro en miniatura, con más de 150 personajes –historiadores del arte, directores de museos, curadores, coleccionistas, artistas, “gente que tiene poder y abusa”-; el esfera azul, con 2.500 plazas móviles, que acoge al CCK; tus piezas con aerógrafosy su museo virtualentre otras piezas.

“La larga marcha”, emblema de Le Parc. Foto: archivo.

Cada página de movimiento sorpresa Se ve cuidado. Los dedicados a la larga marchaObra emblemática de Le Parc, compuesta por 10 cuadros que presentó en los años 70 y reestrenados, son Listas deplegables e incluir parte del poema que el artista le dedicó en 2014: “Mi pequeña larga marcha/largas marchas de gente (…) con sus zigzags/sus imprevistos/sus esperas/sus sorpresas…”

pregunto y luego aprendo

Antes movimiento sorpresaGuidalevich publicó la colección Arte para Chicos de la editorial Albatros, con libros sobre Antonio Berni, Xul Solar, Marta Minujín, Emilio Pettoruti, Luis Felipe “Yuyo” Noé y Raúl Soldi.

-¿Por qué es importante que los niños se acerquen al arte moderno y contemporáneo?

-Por varias razones. Por la posibilidad de aprender a ver y mirar, desarrollar la observación y descubrir que No existe una mirada única o “la mirada correcta”. Precisamente, al pensar las obras de arte como abiertas, podemos descubrir interpretaciones y compartirlas, no para llegar a un acuerdo o a un resultado final, sino saber lo que otros ven, piensan y sienten en frente de ellos. Acercarse al arte también es clave para fomentar el despliegue de imaginación y para construir un visión estética y crítica frente a imágenes que integran yEl universo de la cultura visual..

-¿Cómo se abordan las obras para eso?

-Todas las obras son oportunidades de apertura. preguntashaznos preguntas sobre nuestro presente, preguntas para quizás encontrar ideas que permitan nuevos desafíos para nuestro tiempo. Niñas y niños podrán descubrir cómo tienen efecto las preguntas que plantean los artistas. Puntos en común con sus intereses, sus problemas, sus ideales. Las preguntas abiertas sobre las imágenes son centrales, de experiencias propias. Y no debemos olvidar la oportunidad de aprender disfrutando y disfrutar aprendiendo.

-¿Cuáles son los mayores desafíos para acercar el arte moderno y contemporáneo a los niños?

-Se trata de pensar en la interrelación de la vida cotidiana y el arte y la articulación del arte y el juego. Es importante no infantilizar la infancia. Por ello, propongo preguntas y ejes para abordar el trabajo de cada artista como una experiencia lúdica, en la que niñas y niños son protagonistas. Otro desafío tiene que ver con No acercarse al arte o a los artistas como imitadores. sino todo lo contrario: que a medida que se sumergen en las obras se abren interrogantes y cada uno pone en escena su subjetividad. Al mismo tiempo, pueden conocer producciones, pensamientos, problemas, Les ofrece la oportunidad de enriquecer sus propias ideas y vincularlas con sus experiencias.

Esfera azul, de Julio Le Parc, en el salón central del CCK. Foto: archivoEsfera azul, de Julio Le Parc, en el salón central del CCK. Foto: archivo

-¿Qué significa infantilizar las infancias?

-No pensar en infancias con sus derechos. Digo infancias en plural porque es una categoría que no es homogénea, que involucra realidades diferentes. Sucede que muchas veces la selección de imágenes para trabajar con niños y niñas cae en estereotipos: lo que los adultos creen que podría interesarles o lo que tú quieres que hagan consumir. Que lindo, que lindo, basado en ideas que traemos los adultos. Pero los niños y las niñas No viven en un castillo de cristal. pero en un espacio común. El arte puede abrir el abanico de imágenes, ampliar el mundo de la cultura visual.

-¿Cree que los desafíos de difundir el arte entre niños son diferentes a los que plantea hacerlo entre adultos?

-Me interesa afrontar retos vinculados a romper también con el estereotipo de que hay obras para la infancia y obras que no. Creo que Cualquier trabajo se puede abordar con niñas y niños y la clave es desde qué lugar las proponemos, qué preguntas abrimos y cómo pensamos las intersecciones entre el eje de apreciación de las imágenes, el eje de contextualización y el eje de producción. Estos tres ejes no tienen un orden preestablecido y se retroalimentan, podemos ir y venir entre uno y otro y reinventar de cada grupo o de cada niña y niño, sus intereses y sus experiencias con el arte.

-¿Qué desafíos particulares te trajo el libro sobre Le Parc?

-Como educador, es una posibilidad interesante integrar diferentes disciplinas artísticas y poner en el centro de la escena los sentidos. Desde este lugar, la obra de Le Parc plantea un inmenso desafío porque la acción, la participación, la invención, la exploración y la investigación son centrales en ella. Además, muchos de los ideales de Le Parc son ideales que propongo en el rol de educador: la posibilidad de asombrarse y generar curiosidad, creatividad, juego, procesos, experiencias, sorpresas… La relación entre infancia y arte es una aventura Comienza y no sabemos cómo terminará.

Nuevo trabajo. El sol de Julio Le Parc, inaugurado a principios de mayo en la terminal de Ezeiza. Foto: Archivo ClarínNuevo trabajo. El sol de Julio Le Parc, inaugurado a principios de mayo en la terminal de Ezeiza. Foto: Archivo Clarín

-¿Cuál es el papel de la escuela?

-Fundamental, cómo abordar el arte con familiares y amigos en el tiempo libre. Con los profesores hablamos de que hay que tener en cuenta que perfectamente Las artes visuales pueden articularse con otras áreas, desde la música hasta las matemáticas y las ciencias naturales y sociales.. Es interesante pensar en proyectos interdisciplinarios. Y acercarse al arte contemporáneo te lleva a investigar cómo se entrelazan las disciplinas, a conocer los procesos creativos, la forma en que se elaboran los proyectos y cuál es el lugar de la investigación y la experimentación. Le Parc se define a sí mismo como un experimentador visual. Y aquí vuelvo a esta cuestión de no copiar ni imitar la obra de un artista sino preguntarnos qué buscamos, cada uno de nosotros, en ella.

En exhibicion. Una obra de Le Parc. Foto: Archivo EFEEn exhibicion. Una obra de Le Parc. Foto: Archivo EFE

Todo lo explicado por Guidalevich está en Movimiento sorpresa. Le Parc no sólo habla de arte en sus páginas. “¡Nunca dejé un proyecto porque fuera imposible de realizar!” él dice. “Mientras intento captar una idea, sucede algo maravilloso: aparecen otras posibilidades, las ideas crecen, se hacen más grandes, se mezclan y llego por diferentes caminos”, dice antes de despedirse, con pincel y paleta en mano, montado en un caballo azul, “portando infinitas luces y espejos”.

Entonces Le Parc y movimiento sorpresa Tienen, entre tantas virtudes, también la capacidad de recordarnos que no existe una única manera de hacer las cosas y que las cosas pueden ser de otras maneras.

 
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