Khaf recupera “la memoria subversiva de dos maestros de vida”

Khaf recupera “la memoria subversiva de dos maestros de vida”
Khaf recupera “la memoria subversiva de dos maestros de vida”

Presentación en Madrid de la Colección Memoria Viva, de Ediciones Khaf, con un pack de novedades realmente interesante, protagonizado por dos testigos clave de la historia reciente de la Iglesia en España, Juan María Laboa y el recordado Juan de Dios Martín Velasco, memorias con mucho sentimiento y la lucidez habitual del historiador de la Iglesia, por un lado; y un acercamiento fiel de Antonio Ávila a la persona y obra de alguien por quien es muy difícil ocultar su admiración, el teólogo abulense que mejor nos hizo sentir el Misterio porque, como allí se decía, “él era el hecho religioso. ” .

El viaje de tus sueños, con RD

“Una presentación que para nosotros es también una celebración, de poder disfrutar de dos obras y de dos personas muy queridas, Juan Mari Laboa y Juan de Dios Martín Velasco, en una colección dedicada a personas destacadas en la recepción del Concilio Vaticano II en nuestra Iglesia“dijo Antonio Fernández, de la Fundación Edelvives, quien presentó el evento y la colección de la que forman parte estos dos libros.

José María Perez-Soba, director de la colección, manifestó en su intervención su satisfacción porque “ver estos dos libros publicados es un sueño”dado que “la memoria no es la más fuerte entre los más jóvenes, donde la inmediatez nos devora”, algo que esperan poder contrarrestar con esta serie de libros –entre los que también se encuentran los del cardenal Tarancón o Dolores Aleixandre– “para hacer memoria viva y que esté vivo en nuestro pueblo, que viva lo vivido antes.

“Memoria subversiva”

“Queremos mantener viva una memoria subversiva, de un momento único, que es la historia del Concilio Vaticano II, y llevada a la vida en las personas, un período que hay que preservar no como si fuéramos arqueólogos, sino para aprender , porque fue un momento de extraordinaria creatividad” y vivido por personas que “son auténticos maestros de vida. “Pero Es un recuerdo que no es el pasado, sino el futuro.cuando los leemos sentimos una gran sintonía con ese Consejo, por eso decidimos que sean para construir el futuro”, remarcó Pérez-Soba.

En Nada sin el otro. Vivir contemplando el signo de los tiemposJuan María Laboa, señaló, mirando el gran auditorio que llenaba el salón de actos de la parroquia de San Juan de la Cruz –y entre el que se encontraba el cardenal Osoro o el obispo auxiliar de Madrid, José Antonio Álvarez–, que “una gran parte de ti eres el resumen de este libroporque puedo ubicarte en algún momento de mi vida”.

“Juan Mari me envió el germen de lo que es este libro, lo leí, me emocioné, le dije tienes que publicarlo y me dijo, ‘devuélvemelo’… Pero deberías leerlo, porque no es sobre él, es mucho más, No es sólo un retrato de la historia de España y de la Iglesia en las últimas décadaslo que nos permite a quienes no hemos estado tan cerca de esta realidad, tomar contacto con lo que ella nos dice, tal vez porque fui de esas personas que no encontraba ese espacio en esa Iglesia, me sentí más excluido que incluido, pero Yo era ajeno a las cosas importantes que estaban pasando, como él nos cuenta en su obra”, afirmó la novelista Julia Navarro, que glosó la obra del cura vasco.

Imaginación, creatividad y elegancia.

“Juan Mari escribe con imaginación, creatividad y elegancia. Vas por la vida con una elegancia que me asombra. Incluso cuando en este libro comentas las discrepancias con altos funcionarios de la dirección episcopal, lo haces con tanta elegancia que he tenido que leer las páginas dos veces”, dijo Navarro.

“Envidio que conocieran a Juan XXIII, un Papa que me gusta, como también me gusta Francisco, ejemplos de esa Iglesia de integración que presentas y donde cabemos todos”, señaló el periodista, para contar una simpática anécdota personal. “Recé a Juan XXIII cuando era niño para que aprobara un examen y lo aprobé, es algo que no puedo presentar como un milagro, por supuesto, pero a lo largo de mi vida, aunque no recé mucho, cuando estaba en un Date prisa, le recé. “A él”, anotó, destacando paralelamente “el peso que ha tenido sobre vosotros el Vaticano II, porque este de Juan Mari es un libro impregnado de ese espíritu”, dijo.

“Es usted un sacerdote peculiar”, prosiguió el escritor y periodista, “como un sacerdote normal y corriente”., en quien instintivamente confías, porque sabes que vas a encontrar una misericordia, un cariño, como dice el Papa Francisco, que pide que los fieles no sean martirizados, como ya lo sentía yo desde que tenía seis o siete años. Cuando encuentras otra manera de ser y hacer Iglesia te reconforta mucho, cuando encuentras personas que conciben el sacerdocio de otra manera”.

Inevitablemente, al recordar su vida y servicio emergió la figura del Cardenal Tarancón, de quien Laboa dijo que “hizo que la Iglesia española y el mundo cristiano de nuestro país aceptaran la democracia y el Conciliotanto en la diócesis de Madrid como al frente de la Conferencia Episcopal Española”.

“La Iglesia, una familia”

“La Iglesia es y debe ser una familia, es una comunidad de amor, tiene veinte siglos de gran historia, es una construcción inmensa, que tiene todos los pecados, pero en su interior tiene la Palabra de Cristo y el deseo de serlo. buena gente”, concluyó Laboa su intervención, en respuesta a la pregunta de la escritora sobre cómo debe ser la Iglesia hoy. “Nada sin el otro, como se titula el libro, eso es lo que tiene que ser la Iglesia”, remarcó el historiador..



Antonio Ávila, presentando el libro sobre Martín Velasco

En Juan de Dios Martín Velasco. Testimonio del Dios que nos habitaAntonio Ávila, sacerdote y exdirector del Instituto Superior de Pastoral de Madrid, donde colaboró ​​durante tantos años con el teólogo abulense, además de haber coincidido ambos en diversas etapas del seminario conciliar de Madrid, mostró su emoción por la “figura de Juan”, de quien afirmó que, a través de él “Soy mediación para que su vida y su memoria estén entre nosotros”.

“Es un libro muy pequeño para un hombre muy grande”.indicó Ávila, reconociendo que “intentar escribir sobre la persona de Juan era entrar en un terreno muy sagrado y ha implicado todo un proceso, una catarsis muy complicada, era reabrir cajones donde uno cree que ya ha elaborado las ausencias para descubrir que lo mismo “Las heridas no estaban tan curadas como pensaba”.



Un momento de la presentación

“Para mí Juan no era el profesor de filosofía de la religión, que lo era y muy bueno, pero “mi compañero, mi rector, mi amigo y mi maestro”dijo emocionado Ávila, quien mostró las reticencias que albergaba en ese momento a escribir el libro, porque “tenía miedo de que fuera demasiado elogioso y Juan se pusiera las manos en la cabeza. Y escribiendo un laudatio acerca de un gran hombre, es muy simple”.

“Y decidí”, continuó, “que el camino era preguntarme sobre mí, qué sentía y pensaba sobre Juan, lo que me llevó a articular el libro sobre cinco perspectivas sobre ti mismocada uno con una entidad en sí mismo, pero todos se complementan polifónicamente, haciendo lo que me gustaría decir es un buen retrato de Juan”.

Cinco miradas que Antonio Ávila ha concretado en “su humanidad; su experiencia de fe, clave para comprender su persona; su plenitud de vida, es decir, su profesión; su ejercicio del ministerio sacerdotal, con opción preferencial por los pobres, que eran los emigrantes que iban a Alemania, a Francia…; la mirada del maestro de vida, a través de la cual nos ha hecho a todos más personas, más auténticos, más creyentes”.

 
For Latest Updates Follow us on Google News
 

NEXT Se entregan 1.500 libros “Juntas Invencibles para adolescentes”