Un acercamiento a la música a través de la literatura: libros basados ​​en “Kind of Blues” y “Enema of the State” | Revisar

Un acercamiento a la música a través de la literatura: libros basados ​​en “Kind of Blues” y “Enema of the State” | Revisar
Un acercamiento a la música a través de la literatura: libros basados ​​en “Kind of Blues” y “Enema of the State” | Revisar

Juan Carlos Garay (izquierda) y Jorge Francisco Mestre (derecha)

Foto: Fernando Olaya

Enema del estado, por Jorge Francisco Mestre

Su casa siempre ha estado impregnada de música, pero principalmente de música latina. Sus padres han sido fieles oyentes del estéreo Candela y esto hoy forma parte de los gustos musicales de Mestre, ya que es amante de la salsa y el merengue. La primera vez que tuvo un encuentro directo con la música fue en el Hard Rock Café. “Escuché una canción de AC/DC mientras se proyectaba el videoclip en algunas de las pantallas del lugar. Esta experiencia para mí fue como si alguien me hablara en un idioma que no entendía. Fue muy extraño, pero lo más cautivador”.

Entre las diferentes opciones que también tuvo el autor del poemario Música de los abismos moleculares, Eligió Blink-182, una banda de punk estadounidense. Esto se debió a la nostalgia que le generó este grupo y, principalmente, este álbum. Dijo que le retrotraía a la adolescencia y a la época en la que éramos incomprendidos, pero en la que también buscábamos identidad, rebelión o evasión. Este libro estuvo acompañado de pequeños pasajes literarios que entrelazaron la poesía, la música, la vida cotidiana, la muerte, entre otros.

Este álbum y este libro estuvieron atravesados ​​por la tristeza, la depresión y la salud mental. La música y estas canciones, a pesar de estos componentes, fueron y serán una compañía para las personas que han seguido a Blink-182 desde siempre.

Para Mestre, esta compañía podría estar compuesta por dos caminos: el aficionado que sueña con ir a todos los conciertos y el melómano que conoce la historia detrás de cada músico. En su caso, se basó en “las ganas de hacer música, no de convertirme en músico, sino de poder tocar lo que me gusta escuchar, lo que disfruto. De hecho, en el caso de Blink, no supe nada de ellos hasta hace dos años, y esto se debe a lo que acabo de mencionar, porque me gustaba tocar sus canciones con mis amigos.

Este disco también estuvo permeado por un concepto de masculinidad que hoy se ha trabajado, observado, para comprenderlo: los integrantes de la banda mostraban una idea de masculinidad profundamente arraigada en lo hegemónico, pero detrás de cada etapa la vulnerabilidad había una presencia que formaba parte de ellos, aunque no quisieran mostrarla. Este género pareció consolidarse como “música para hombres”, donde existía un factor de fuerza, desde lo físico hasta lo emocional.

“Creo que la parte más íntima de esta masculinidad tiene que ver con mostrarse invulnerable, demostrar que uno tiene el control aunque no sea cierto. Cuando estaba investigando sobre la banda para este libro, me encontré con un único artículo en el que leía una frase de Mark en la que confesaba que estaba muy deprimido, que llevaba muchos años sufriendo esta enfermedad y que nunca había podido decirles. a sus amigos, a los integrantes de la banda con quienes compartió casi toda su vida. Y todo esto porque, considero, una de las primeras cosas que aprendemos los hombres es a no quejarnos y mucho menos cuando estamos pasando un buen momento, porque Mark estaba cumpliendo un sueño y ellos se lo estaban pasando muy bien en la gira”.

Tipo de azul, por Juan Carlos Garay

Su primer acercamiento a la música fue gracias a sus padres, quienes poseían una serie de discos selectos. El primero que escuchó, por iniciativa propia, fue uno de The Beatles. La canción que lo marcó fue Campos de fresa por siempre. “Por ellos y por esta canción viene el amor a la música”, afirmó Juan Carlos Garay.

“Si el jazz fuera una religión, tipo de blues Sería la Biblia”. La primera vez que lo escuchó estaba en el colegio en su último año y participó de una optativa de música donde el profesor se dedicó a hablarles sobre jazz. Al finalizar el curso, Garay siguió en contacto con su profesor y, en una de las visitas a su casa, vio por primera vez la portada del disco de Miles Davis. Inmediatamente captó toda su atención y supo que era un clásico. Le tomó un tiempo escucharlo desde ese momento.

En este libro, el álbum es el protagonista principal, toda la historia gira en torno a él. “En el proceso de escritura del libro me di cuenta de que este álbum fue muy importante en mi vida, es con el que tengo más anécdotas, pero también es uno de los álbumes más importantes de la historia. Es, sobre todo, uno de los más importantes para mucha gente”.

El jazz es un género muy peculiar, al igual que el blues, porque nació de la contracultura, de los bares escondidos donde sólo tocaban y podían entrar negros. Con el tiempo este se convirtió en un género que no sólo escuchaban los blancos, sino que también era parte de esa música a la que sólo la alta sociedad podía acceder. “El jazz, si se quiere verlo así, tenía un origen bastardo, porque era música de gente negra, entonces el resto de la sociedad lo veía con malos ojos. Para mí, este género, y la música hecha por personas negras en general, ha encontrado una manera de hacerse escuchar”.

 
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