Un escuadrón de políticos en plena campaña electoral abre la puerta y entra en un cerebro gigante de poliéster, pintado de rosa. Pasan cinco minutos y el cerebro sigue cerrado con los políticos dentro. Y con el minuto seis los jefes de protocolo se ponen incómodos. Intentan forzar la puerta, quieren sacar de las tripas a la ministra de Cultura, al alcalde de Madrid, a los concejales, a algunos candidatos, directores generales, consejeros, jefes de gabinete… Hasta que la puerta se abre de nuevo y se despeja la duda. Nada les ha pasado a la veintena de políticos que han accedido al interior del cerebro. Y todos se van como entraron, pensando en las elecciones de este domingo. La realidad escribe guiones que los productores nunca aceptarían rodar por falta de credibilidad.
El cerebro es una ocurrencia del CSIC, que la organización ha colocado en el centro de la Feria del Libro de Madrid. De esta forma celebran el homenaje al Premio Nobel Santiago Ramón y Cajal. En esos seis minutos se repasa el funcionamiento del órgano y cuáles fueron las aportaciones del científico español a las neurociencias. El monumental objeto escultórico va acompañado de una carpa en la que se da a conocer la obra de Ramón y Cajal. Hasta el 11 de junio, la ciencia y la tecnología serán las protagonistas de esta edición, inaugurada con un multitudinario inventario de políticos de todo tipo.
Este año Casa Real ha declinado la invitación para protagonizar el primer pasacalles entre las casetas de libreros, editores y distribuidores. Todo el protagonismo de las cámaras ha recaído en Miquel Iceta, que ya había pagado media docena de libros a mitad de recorrido con su teléfono móvil. El resto de miembros del pelotón avanzaba con las manos vacías y de brazos cruzados. Andrea Levy, delegada del área de cultura del Ayuntamiento, se despidió de la Feria como gestora cultural de la ciudad.
Una feria electoral
José Luis Martínez-Almeida ha relegado a Levy del puesto dos de las listas —que ocupó hace cuatro años, en las anteriores elecciones municipales— al decimotercero. El candidato del PP a repetir la alcaldía ya ha anunciado que su nueva jefa de cultura será Marta Rivera de la Cruz, una gestora que trabajó a las órdenes de Isabel Díaz Ayuso en la primera legislatura, cuando era diputada de Ciudadanos. Tras su etapa como consejera de Cultura, Turismo y Deportes de la Comunidad de Madrid con el PP, en su nuevo camino Rivera de la Cruz estará cerca de Martínez-Almeida.
Tanto Levy como su suplente caminaban cerca de Almeida, mientras avanzaban por uno de los dos pasillos cubiertos con lona, en el Paseo de Coches. Uno y otro intercambiaron el lugar de fotógrafo para retratar al alcalde saliente con alumnos y alumnas que asaltaban la procesión. Mientras el ministro escuchaba a los libreros y editores en sus casetas y les compraba ejemplares, Martínez-Almeida atendía a los vecinos que acudían a felicitarle y pedirle fotos. Es probable que se haya ido con las manos vacías y con los libros, pero no desperdició un voto por el domingo.
---“El de Leonora Carrington, recuerdos a continuaciónCreo que caerá esta tarde en el AVE, camino de Barcelona. Cuesta encontrar esos momentos de lectura, pero los que viajamos mucho leemos en el tren”, aseguró Iceta, cuyo objetivo para lo que resta de legislatura es cerrar la parte más importante del Estatuto del Artista, el derecho a la intermitencia. para los trabajadores culturales. Preocupados por los resultados de la noche del domingo, al resto de cargos culturales no se les ha oído hablar de libros ni de librerías.
La aparición estelar estuvo reservada a Begoña Villacís, que a pesar de que el protocolo institucional de la inauguración situaba en segunda fila a la candidata a alcaldesa de Ciudadanos, decidió situarse a derecha e izquierda de la ministra de Cultura. De hecho, quitó a Marta Rivera de la Cruz y María José Gálvez, directora general de Libros y Promoción de la Lectura, de la primera línea de la foto. Este año no hubo reina, pero la candidata saludó a la población con la misma atención que la monarca mientras miraba con sorpresa lo que sucedía. También fue la única candidata que se retiró de la convocatoria para hablar con los medios y dar unas últimas declaraciones sobre lo que sucederá en los colegios electorales el domingo. Sin el estricto recorrido marcado por Casa Real, la mañana del viernes fue un hombre de codos para salir en la foto más popular antes de las elecciones.
Diversidad, pluralidad y falta de espacio
Gálvez trató de disolver las críticas a la organización de la Feria por parte de algunas editoriales independientes, asegurando que la Feria “expresa su bibliodiversidad, su voluntad de pluralidad, de acoger, teniendo cada año más libreros y editores, en un espacio limitado y generando nuevos espacios como Indómitas, para quienes tienen una forma diferente de comunicarse con los lectores también tienen su espacio”. Este programa denominado Indómitas es la antesala del Festival Poetas, una feria de editores dentro de la propia Feria del Libro, en un recinto con las editoriales más “exóticas” del panorama editorial.
Eva Orúe afronta su segunda edición al frente de la Feria del Libro, pero la primera en la que ha estado atenta a cada actividad y movimiento de superación. “Crear expectativas siempre es delicado, porque luego eres juzgado por ellas. La del año pasado, la del reencuentro, fue una Feria extraordinaria: 3.100.000 visitas, 10.200.000 euros de facturación… Repetir esas cifras, en el contexto actual, y teniendo en cuenta que empezamos con lluvia, no estaría mal. Pero no quiere decir que renunciemos a mejorarlos”, dice Orúe. “A lo que aspiramos en esta Feria del Cambio es a mejorar la organización, estructura y experiencia de quienes exponen aquí y de quienes nos visitan. Trabajamos con el procedimiento científico, ensayo y error. Perseveraremos en lo que funciona, corregiremos lo que falla. Solo así nosotros, siendo fieles al carácter comercial y popular de la Feria, podemos hacer nueva la Feria”, explicó el director ante una edición que nació con polémica pero se presenta en paz.