El placer es lo que hace que uno se dé cuenta de que no está muerto, y es algo que surge muy de vez en cuando. Si sabes dónde encontrarlo, lo mejor que puedes hacer es buscarlo, porque después apenas te quedará más que el recuerdo de los labios de la primera persona que besaste y ves salir el sol cada mañana. Tienes derecho a crear tus propios mitos, que te ayudarán a sentir placer, e incluso tienes derecho a intentar explicarlos, a pesar de que la razón pueda liquidar parte del misterio que los sustenta. El mito, por definición, trata de explicar lo que la ciencia no puede explicar.. De todas formas, si quieres hablar con él, lo mejor es que lo hagas a través de una declaración de amor. Este es el ejercicio que se ejecuta Javier Jiménez (Madrid, 1970) en esta obra, Desvío a Triesteen el que da fe de sus pasiones, de sus afinidades, con el que uno reconoce que dedicar minutos a odios y fobias es una pérdida de tiempo.
“El libro está lleno de citas, la aparición de comillas es una constante, y en este sentido el mérito está en saber sacarlas a relucir sin interrumpir la reflexión ni el interés.“
El libro se basa en los viajes a Trieste, pero no tanto los realizados físicamente por el autor, que apenas se mencionan, sino los que lo guían hacia ese lugar, en un viaje cultural. Estaremos repasando la historia, la literatura, la música, el arte, los espacios, estaremos comulgando con personajes históricos y con los conflictos, se nos describirá la vida de quienes dejaron un registro y, por lo tanto, son quienes serán. más fácil para nosotros saberlo, son personas con cierta fama. La formación de Javier Jiménez será alguien con aficiones de erudición, considerando la erudición para una cultura elegante, pero al alcance de cualquiera. Aunque la ilustración, al tratarse de un autor ilustrado, tendrá cierto tono falso, ya que el recuerdo que salta al texto es una combinación de recuerdos prestados: el libro está lleno de citas, la aparición de comillas es una constante , y en este sentido, el mérito está en saber criarlos sin interrumpir las reflexiones ni el interés. Al final del volumen, se nos dará un índice onomástico de casi 20 páginas.
“En la educación sentimental del autor está muy presente lo que conocemos como sensibilidad estética, y que en este caso se traduce en escuchar a Debussy, pasear por el Museo del Prado o leer a Mauricio Wiesenthal.“
Aunque esta estrategia nos lleva a pensar, a veces, si el autor no está sustituyendo cultura por cultura. Podríamos considerar que hay mucho de academia en las fuentes, que si se nos habla de historia o del mundo artístico, se nos está hablando de historia oficial o de arte oficial, de lo que sale en los libros de texto, pero eso Javier Jiménez lo maneja en profundidad. y administrar las asociaciones de manera oportuna. Sin duda ha leído muchas biografías y hagiografías, suficientes para hacernos pensar que nuestro autor vive el pasado como un deseo. Para usar la expresión de Magris que usa el propio Javier Jiménez, siente “anhelo de pureza”. En la educación sentimental del autor está muy presente lo que conocemos como sensibilidad estética, y que en este caso se traduce en escuchar a Debussy, pasear por el Museo del Prado o leer a Mauricio Wiesenthal. Aunque las notas musicales, las lecturas y las miradas parecen no tener fin. Estar enamorado de las sensaciones y emociones que estas experiencias producen en uno supone, desde luego, un cierto narcisismo artístico que el lector podrá aprovechar agradecido, si siente que ese modelo de cultura concuerda con el suyo propio o que le conviene. debería ser mucho más frecuente. si quieres que el mundo sea mejor. De lo contrario, pone al autor en un lugar diferente y lleva al lector a preguntarse algo como: ok, tú allá y yo aquí, ¿y ahora qué? Porque Trieste debe ser, y debe haber sido, algo más que Joyce y Svevo, que la ópera y la galería de arte; Trieste también debió ser el barro que pisaban las criadas y los porqueros, del que también nos gustaría tener noticias. Pero ese suele ser el trabajo de novelistas más que de historiadores o, como en este caso, de filólogos culturales.
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Autor: Javier Jiménez. Calificación: Desvío a Trieste. Rompeolas de todas las Europas. Editorial: Forcola. Vingresar: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.
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