Yolanda Díaz, la vicepresidenta de posiciones estridentes que quiere ser la gran dama de la izquierda española

Yolanda Díaz, la vicepresidenta de posiciones estridentes que quiere ser la gran dama de la izquierda española
Yolanda Díaz, la vicepresidenta de posiciones estridentes que quiere ser la gran dama de la izquierda española

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ATENAS.- Cuando Pablo Iglesias y luego Poder Dejaron el gobierno español, Pedro Sánchez Creía que se había sacado una piedra del zapato, especialmente en sus relaciones internacionales. Su sintonía con la discreta vicepresidenta Yolanda Díaz, líder de Sumar, parecía total. Sin embargo, la polémica generada por la reciente proclamación de Díaz sobre Palestina – en la que pidió que era “libre desde el río hasta el mar” muestra que las diferencias de actitud entre el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y sus socios de la izquierda radical son más bien estructurales.

Tras las polémicas declaraciones de Díaz en un vídeo subido a su cuenta X, mientras celebraba el anuncio de Sánchez sobre el inminente reconocimiento por parte de España del Estado palestino, el gobierno de israel La llamó “ignorante” y antisemita. y anunció nuevas medidas en el marco de la crisis diplomática bilateral. La vicepresidenta segunda, por su parte, dijo que con ese lema -que para sus críticos, representa una incitación a la destrucción de Israel-, en realidad buscó apoyar la fórmula de dos Estados para el Medio Oriente.

Este sábado, el ministro español de Defensa, Margarita Robles, del PSOE, reivindicó otras declaraciones de Díaz sobre el conflicto y Afirmó que la ofensiva israelí en Gaza es un “auténtico genocidio”, un comentario que seguirá inflamando la tensión bilateral.

Yolanda Díaz también fue uno de los principales portavoces de las críticas contra Javier Milei cuando el presidente argentino estaba en Madrid El ultimo fin de semana. “Milei y otros gobiernos de odio regresan con recortes y autoritarismo” lanzado, antes de que estallara la crisis diplomática entre los dos países.

Como ministro de Trabajo y segundo vicepresidente, Díaz se caracterizó por un manejo tranquilo de las discrepancias y por un perfil bastante bajo en la política internacional. Sin embargo, quizá por su necesidad actual de competir con Podemos para ganar espacio en la izquierda del PSOE, Díaz está adoptando posiciones más estridentes en línea con los postulados de la izquierda clásica. La semana pasada, PSOE y Sumar votaron de forma diferente hasta nueve mociones en el Congreso, la mayoría relacionadas con el ámbito internacional, sobre temas como la autodeterminación del Sáhara Occidental, el envío de armas a Ucrania o la condena a la represión en Venezuela.

Y detrás de la omnipresente dulce sonrisa de Díaz se esconde una política ambiciosa con voluntad de acero. Sus antiguos compañeros de partido en Podemos también añadirían “poco escrupuloso”. No en vano, Iglesias y los suyos consideran que Díaz cometió un pecado de alta traición por haber intentado fagocitar y disolver a Podemos dentro de Sumar, su experimento electoral antes de las elecciones generales del año pasado. Y ello, pese a que el propio Iglesias fue quien la había elegido como su sucesora poco más de un año antes.

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, se reunió, en audiencia privada, con el Papa Francisco, en la Biblioteca Apostólica de la Ciudad del Vaticano, el 2 de febrero de 2024, en la Ciudad del Vaticano. Medios Vaticanos / Europa Press Medios Vaticanos / Europa Press – E – Medios Vaticanos / Europa Press – E

Envalentonada por las encuestas que la situaban como la política mejor valorada de España, y con la aspiración -o fantasía- de competir con el PSOE por ser la fuerza progresista con más votos, Díaz creía que Podemos se había convertido en un lastre. Quería ocupar un espacio más centrado. Tras las elecciones generales, donde Podemos y Sumar se presentaron a regañadientes en la misma lista, se consumó la previsible ruptura entre ambos partidos.

“Díaz es un político con mucha intuición, que sabe medir muy bien las relaciones de poder y se aclimata a ellas”explica el politólogo Antón Losada, gallego como ella. De hecho, aunque siempre ha sido miembro del Partido Comunista Español (PCE), en su vida política ha aparecido en las listas de una auténtica sopa de letras de partidos y plataformas, eligiendo siempre el más exitoso de las diversas escisiones y confluencias. de la izquierda. Gallego y español: fue líder de Esquerda Unida, formó parte de la coalición Alternativa Galega de Esquerda, y después de las marcas En Marea y En Común, además de Podemos, claro.

Sin embargo, esta vez, de momento, el olfato parece haber fallado, pues el resultado de su apuesta no ha sido el esperado. Aunque Sumar ha salido por delante de sus rivales de Podemos en las elecciones celebradas desde la ruptura, La cosecha electoral ha sido escasa para ambos. Por ejemplo, en las elecciones gallegas nadie logró entrar al Parlamento. Y en los vascos, Sumar se quedó con un escaño, un balance pobre respecto a los seis que tenía Podemos.

Nacido en un pueblo cercano a La Coruña, Díaz creció en una familia de sólidas credenciales comunistas. Su padre, militante del PCE, fue secretario general del sindicato Comisiones Obreras y su tío llegó a ser diputado en el Parlamento de Galicia. Ya en la Universidad de Santiago de Compostela, donde estudiaba Derecho, tenía madera de líder político.

“Jugamos a la política, ella ya era política. Tenía una visión clara, para el futuro, de cualquier debate. Cuando salíamos a tomar unos vinos, estaba la mesa de los jóvenes y la mesa de los mayores. Aunque tenía nuestra edad, estaba en la mesa de los mayores”, recuerda una excompañera. Era una chica simpática y agradable, con la que solían conversar en la fotocopiadora de la universidad. “Le caí bien desde el minuto uno”, añade.

De izquierda a derecha y en primer plano, el presidente del Gobierno socialista de España, Pedro Sánchez, la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda de España, María Jesús Montero, y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo de España, Yolanda Díaz. en el Parlamento español en Madrid, España, el jueves 14 de marzo de 2024 (Foto AP/Manu Fernández)Manu Fernández – AP

Después de graduarse en Bien, continuó su formación especializándose en relaciones laborales, y con 27 años abrió su propio despacho como abogada laboralista en Ferrol. Dicen que fue su ejercicio profesional el que le permitió adquirir las habilidades necesarias para convertirse en una formidable negociadora, algo que demostró forjando la reforma laboral de 2022 con el apoyo tanto de la patronal como de los sindicatosun hito sin precedentes durante la democracia española.

Su carrera política es la historia de un ascenso deslumbrante. En 2005, con sólo 34 años, encabezó Izquierda Unida –plataforma que incluía al PCE– en las elecciones gallegas, pero no obtuvo ningún escaño. Ocupó su primer cargo público dos años después como teniente de alcalde de Ferrol, localidad donde nació el dictador. francisco franco, pero donde curiosamente el Partido Comunista siempre ha obtenido buenos resultados. En 2012 repitió su candidatura al Parlamento de Galicia, pero esta vez al frente de una coalición más amplia que logró un gran éxito con 9 diputados.

En 2015 dio el salto a la política española y fue elegida diputada en el Congreso de los Diputados por La Coruña, escaño que ha revalidado posteriormente en cada elección. En la siguiente legislatura, y en el marco del gobierno de coalición entre el PSOE y Podemos, Pedro Sánchez la nombró ministra de Trabajo y Economía Social. Su éxito con la aprobación de la reforma laboral catapultó su popularidad y le abrió el camino hacia la sucesión de Iglesias como vicepresidente del gobierno. Ahora aspira a convertirse la gran dama de la izquierda española, como lo era otro comunista hace un siglo. Dolores Ibárruri, “la flor de la pasión”.

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