La flota de superficie de China, incluido su componente de aviación, está ganando mayor libertad de movimiento. Respaldada por un impresionante arsenal de armas terrestres, la flota ya no se limita a la defensa de las aguas y los cielos locales. Ahora tiene la capacidad de asumir mayores riesgos y llegar más allá de sus fronteras, tal vez incluso estableciendo una presencia permanente en regiones clave como el Océano Índico.
Un indicio de este cambio es el reciente despliegue del portaaviones Fujian, el tercer portaaviones de China, para pruebas en el mar. Se ha hablado mucho de las mejoras tecnológicas que presenta este nuevo portaaviones, incluidas catapultas electromagnéticas y equipos de detención, lo que sugiere un avance significativo para la Armada del Ejército Popular de Liberación en comparación con la Armada de los Estados Unidos.
Este desarrollo tiene implicaciones tanto tácticas como estratégicas. A nivel táctico, China está cerca de mantener uno o incluso dos grupos de portaaviones en el mar en todo momento, ampliando sus opciones en la aviación de portaaviones y abriendo nuevas perspectivas estratégicas para Beijing. A nivel estratégico, el enfoque de China en la capacidad expedicionaria de su flota refleja una comprensión de que la defensa costera puede delegarse a otros medios, permitiendo a la flota centrarse en objetivos más ambiciosos.
Comparación en tecnología con Estados Unidos
Además, la comparación entre portaaviones chinos y estadounidenses no debería ser demasiado simplista. Aunque los portaaviones chinos pueden ser más pequeños, su eficacia en el contexto operativo chino puede ser adecuada incluso sin alcanzar la paridad con los estadounidenses. La flota china se está adaptando a las realidades geográficas y estratégicas del Indo-Pacífico, donde las operaciones navales no se limitan a enfrentamientos navales masivos sino que están influenciadas por una variedad de factores, incluido el poder aéreo conjunto y las estrategias de defensa costera. .
En última instancia, el ascenso de la flota de superficie de China refleja una evolución en la estrategia marítima del país, que avanza hacia una mayor proyección de poder y capacidad expedicionaria. Esto podría conducir a una mayor inversión en portaaviones de propulsión nuclear y a una mayor presencia china en los teatros marítimos globales, cambiando significativamente el equilibrio de poder en el mundo.
Fuente: El Interés Nacional
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