La tecnología bélica utilizada por Israel en el ataque limitado a Irán abrió una etapa sin precedentes en la crisis de Medio Oriente.

La tecnología bélica utilizada por Israel en el ataque limitado a Irán abrió una etapa sin precedentes en la crisis de Medio Oriente.
La tecnología bélica utilizada por Israel en el ataque limitado a Irán abrió una etapa sin precedentes en la crisis de Medio Oriente.

Una batería del sistema de defensa Cúpula de Hierro, en Ashkelon (sur de Israel)

(Desde Washington, Estados Unidos) Durante años, Israel e Irán libraron una guerra en las sombras que quedó iluminado por los ataques selectivos desde Jerusalén contra Líbano, Siria e Irak, y los misiles que Hamás, Hezbolá y los hutíes lanzaron contra territorio israelí a costa y por orden de Teherán.

Pero en los últimos ocho días ese conflicto encapsulado fue revelado cuando Irán disparó 300 misiles y drones contra Israel, mientras el Gabinete de Guerra de Benjamín Netanyahu respondió con un ataque aéreo preciso y limitado que impactó muy cerca de una planta nuclear ubicada en la provincia de Isfahán.

Nunca ha habido un ataque directo de Irán a Israel y viceversa.. Y tampoco se había articulado una alianza defensiva israelí formada por Estados árabes como Jordania y Arabia Saudita. que buscan equilibrar el poder regional de Teherán a través de un acercamiento constante con Jerusalén bajo las sugerencias diplomáticas del Departamento de Estado.

Pero el punto de inflexión de esta semana sin precedentes en la crisis de Oriente Medio fue la tecnología desplegada por Israel que precisamente atacó Isfahán sin causar un solo daño a las plantas de uranio que alimentan la carrera nuclear iraní.

En el Departamento de Estado se encontró que Los aviones israelíes no violaron el espacio aéreo jordano para replicar el ataque de los 300 drones y misiles lanzados por Irán hace días. Asimismo, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) informó a la Casa Blanca que la ofensiva ordenada por el primer ministro Benjamín Netanyahu irrumpió en territorio iraní para coronar una misión que sirvió para demostrar la ductilidad tecnológica de Israel.

Muy pocos en Washington saben qué tipo de misiles se utilizaron, desde dónde fueron lanzados y qué objetivos alcanzaron además de la ciudad de Isfahán. Solo hay dos datos que Infobae pudo verificar en la Casa Blanca y el Departamento de Estado: habia drones que voló por debajo de los radares de Teherán y Jerusalén utilizó misiles guiados por aviones de combate de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).

“Lo único que puedo confirmar es que Israel atacó un sistema antiaéreo S-300 desde una base militar ubicada en la provincia de Isfahán”, dijo a Infobae un funcionario de la administración demócrata que pasa sus días en el ala oeste de la Casa Blanca.

Una marcha antiisraelí en Teherán, tras el ataque perpetrado contra Irán por orden del primer ministro Benjamín Netanyahu

La ausencia de una espiral de violencia que enfrente a Israel e Irán No significa que la guerra en las sombras no continúe como antes. Hezbolá seguirá lanzando misiles desde el Líbano, Hamás hará su trabajo en Gaza y los hutíes aprovecharán la anomia de poder en Yemen para atacar en el corredor del Mar Rojo.

El punto geopolítico a resolver es si Jerusalén y Teherán apelarán al combate directo ante una nueva y posible crisis, o se ceñirán al guión de la guerra en la sombra para evitar un enfrentamiento directo. Hay cuestiones complejas en la agenda bélica de los dos enemigos que Aún no se han resuelto.

Hamás mantiene como rehenes a 134 judíos que secuestró durante el ataque terrorista del 7 de octubre, e Israel define la ofensiva militar sobre Rafah, que es el último bastión del grupo terrorista en Gaza. Cuando el gabinete de guerra de Israel toma la decisión de guerra, Provocará una reacción en Teherán que hoy es imposible de describir o calcular.

Además, Hezbollah no ha cesado en sus constantes ataques desde la frontera sur del Líbano y se han multiplicado los enfrentamientos en Cisjordania, protagonizados por palestinos que responden a órdenes de Irán. La evolución política y militar de estos dos frentes puede acelerar un nuevo cruce directo entre Jerusalén y Teherán, que ya han probado la táctica de tomar protagonismo.

El secretario de Estado Antony Blinken durante la cumbre del G7 en Capri (Italia)

Fuera del escenario bélico, el G7 hace todo lo posible para reducir la escalada del conflicto en Oriente Medio. Apunta a la voracidad de Iránpero también exige que Israel negocie un alto el fuego duradero y permitir la entrada de ayuda humanitaria sin límites.

Se trata de una agenda compleja con pocos resultados a la vista. El régimen de los ayatolás y el gobierno de Israel Tienen sus propias políticas internas. que complican un curso de acción diplomático que permita diseñar una salida negociada a la guerra en Gaza, la crisis de los rehenes y los frentes abiertos en Cisjordania y Líbano.

Asimismo, el mundo árabe está fragmentado. No es lo mismo dialogar con Mohamed bin Salmán De Arabia Saudita que abrir un canal de regreso con Ebrahim Raisi, presidente de Irán. Ejercen el poder en la misma geografía, pero tienen diferentes métodos de acumulación y creen en diferentes teologías.

A este viaje por el desierto hay que sumarle que Biden desconfía de las decisiones que pueda tomar Netanyahu adelante. El presidente de Estados Unidos apoya a Israel, pero no quiere que el líder del Likud multiplique la tragedia en Gaza y afecte -aún más- su campaña presidencial contra Donald Trump.

Se abrio una etapa sin precedentes en la crisis de Oriente Medio y ya no hay certezas para resolver los espejismos.

 
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