Él el ex vicepresidente ecuatoriano Jorge Glas lanzó un llamado de ayuda a los líderes de México y Colombia a interceder a su favor, tras ser detenido en un asalto policial a la embajada de México en Quito el 5 de abril.
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El exfuncionario, condenado por corrupción, se encuentra en una prisión de alta seguridad en Guayaquil (Sur oeste).
La incursión armada para capturarlo llevó a México a romper relaciones con Ecuador y presentar una demanda ante el Corte Internacional de Justicia (CIJ).
Quito considera ilegal el asilo político otorgado a Glas un día antes del operativo policial, alegando que esa figura excluye los delitos comunes.
Glas, de 54 años, también agradece a López Obrador el asilo y le pide “perdón como ecuatoriano” por irrumpir en la sede diplomática.
“Aquí hay una persecución brutal contra todos los progresistas. Sólo la ayuda internacional puede hacer algo”, recalcó el exvicepresidente tanto a López Obrador como al presidente colombiano Gustavo Petro.
En su mensaje a Petro, también fechado el 15 de abril, Glas afirma además que lo sacaron de la embajada con “tortura”.
Un vídeo del interior del edificio, adjunto por México a su demanda, muestra a los agentes llevando a Glas aparentemente esposado, y también cuando arrastran por el cuello al diplomático mexicano Roberto Canseco.
Petro había anunciado previamente que pediría a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) medidas cautelares a favor de Glas, quien tuvo que ser hospitalizado entre el 8 y 9 de abril por negarse a recibir alimentos en prisión, según autoridades ecuatorianas.
El exvicepresidente se refugió en la embajada luego de que el tribunal dictara orden de arresto en su contra por otro presunto caso de corrupción.