La nueva proyección implica recortes adicionales en el gasto del Estado para lograr el objetivo de reducir el déficit en un tres por ciento para 2027 (2,9).
En 2023, la diferencia entre ingresos y gastos aumentó hasta el 5,5 por ciento, alcanzando unos 154.000 millones de euros, 18.000 millones más de lo esperado, debido a la desaceleración de los ingresos.
El Gobierno ya había anticipado su intención de poner en marcha un plan de ahorro de 10.000 millones de euros, tras reducir la previsión de crecimiento del PIB francés del 1,4 al uno por ciento en 2024.
La supuesta necesidad de encontrar nuevos recortes para reducir el déficit genera preocupación y vuelve a poner en primer plano las exigencias de la izquierda de fijar impuestos a las fortunas y la amenaza de la presentación de una moción de censura en la Asamblea Nacional, esta vez esgrimida desde el Congreso. derecha conservadora.
El secretario nacional del Partido Comunista, Fabien Roussel, acusó al presidente Emmanuel Macron y al ministro de Economía, Bruno Le Maire, de incompetencia en la gestión de las finanzas públicas.
Al respecto, afirmó que los franceses no pueden ser quienes paguen la mala gestión en siete años de gobierno.
Por su parte, el secretario del partido conservador Los Republicanos, Éric Ciotti, declaró que su partido tiene líneas rojas que, si el ejecutivo pasa en su deseo de recuperar dinero, presentará una moción de censura.
Estos límites estarían en áreas como impuestos, jubilación y salud.
El oficialismo enfrentaría serios problemas si se presenta dicha moción, ya que toda la oposición podría sumarse a ella, en un escenario en el que la fuerza política oficialista y sus aliados carecen de mayoría absoluta en la Asamblea, reavivando el fantasma de la disolución. de la cámara baja.
Sobre la mesa está una nueva reforma impulsada por el primer ministro Gabriel Attal, que generaría ahorros a costa de reducir las prestaciones a los desempleados, en medio de críticas de sindicatos y de la izquierda.
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