Estalla revuelta por la reforma del sistema de pensiones de Macron

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▲ Las protestas inundaron las principales ciudades francesas, incluidas Burdeos, Marsella, Lyon y Nantes (en la foto).foto afp

▲ Miles se reunieron en la Place de la Concorde, en la capital París, donde encendieron una gran hoguera.foto afp

▲ En Lille salieron a la calle contra la medida, que solo puede ser frenada mediante una moción de censura al presidente.foto afp

Armando G. Tejeda

Corresponsal

Periódico La Jornada
Viernes 17 de marzo de 2023, pág. 2

Madrid. La ira popular estalló ayer en las calles de París y muchas otras ciudades francesas, donde cientos de miles acudieron a rechazar el decreto presidencial que reforma el sistema público de pensiones y eleva la edad de jubilación de 62 a 64 años. La policía respondió con gases lacrimógenos y chorros de agua, según información de la prensa francesa.

Ante la mirada atónita de los turistas, el centro de París fue escenario de una batalla campal entre policías y ciudadanos indignados. Los manifestantes formaron barricadas con motos, automotores y las montañas de basura acumuladas por el paro en el servicio de limpieza, que también estalló contra la reforma.

Las protestas inundaron las principales ciudades como Nantes, Lille, Marsella, Amiens, Lyon, Burdeos y Rennes, entre otras.

Ante el temor de que su polémica reforma fracasara en la Asamblea, donde carece de mayoría, el presidente conservador Emmanuel Macron recurrió a un atajo legal: activó el artículo 49.3 de la Constitución para aprobar su plan sin pasar por el Parlamento.

Solo una moción de censura contra el presidente puede frenar ahora la reforma.

protesta y represion

El rechazo al plan ha movilizado multitudes a las calles en los últimos días. Los sindicatos advirtieron que las protestas se recrudecerían y señalaron que la aprobación de un plan de esta magnitud a través del decreto supone el fin de la vida democrática en Francia.

En algunas partes del país la rebelión se había prolongado hasta la madrugada del viernes, en medio de un clima de máxima tensión.

La ira se multiplicó por la forma en que Macron impuso su iniciativa y pronto surgieron los llamados a la destitución del presidente.

En la capital francesa, miles de trabajadores, estudiantes y público en general se dieron cita en la Plaza de la Concordia. La policía utilizó cañones de agua, gases lacrimógenos y porras para desalojar a los manifestantes, que encendieron una gran hoguera, lanzaron fuegos artificiales al aire y se sumaron a un plantón colectivo como símbolo de su indignación.

En cuanto las fuerzas del orden dispersaron a la multitud de la plaza de la Concordia, las protestas se trasladaron a calles vecinas, como la emblemática avenida de los Campos Elíseos, donde se repitieron barricadas y hogueras. El caos hizo que los turistas huyeran, informó Le Figaro.

Según la jefatura de policía capitalina, 217 personas fueron detenidas en la Plaza de la Concordia, acusadas de destrozar mobiliario urbano y saquear, informó Le Monde. De inmediato no hubo reportes de detenciones en otras ciudades, ni saldo de heridos por la violenta represión.

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Estoy harto. Llevamos semanas movilizándonos y la única respuesta del gobierno es utilizar el artículo constitucional que permite eludir al Parlamento, lamentó Rubén, un estudiante de Ciencias Políticas de 20 años, consultado por la agencia de noticias Afp.

En las pancartas de París se podía leer Quien siembra miseria cosecha iramientras los manifestantes gritaban ¡Abajo Macron y el 49.3!, Huelga general.

En otras ciudades, como Marsella y Nantes, la policía denunció saqueos de comercios, sucursales bancarias y establecimientos telefónicos, así como tiendas de electrónica.

Los sindicatos anunciaron que durante el fin de semana van a organizar una gran protesta para el próximo jueves 23 con el fin de expresar masivamente su rechazo a la reforma y el camino hacia su aprobación, sin votación en la Asamblea.

Apenas el pasado 7 de marzo, los sindicatos lograron convocar a casi 2 millones de personas, en la mayor protesta contra una reforma social en tres décadas, en medio de la paralización de varios sectores de la economía que, por ejemplo, mantienen a París casi inundado de basura. .

El líder del partido de izquierda Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, advirtió de más movilizaciones y tildó los últimos movimientos del Ejecutivo de fracaso espectacular y el colapso de la minoría presidencial.

concurso político

La reforma de Macron tuvo ayer una fecha crucial, cuando, una vez aprobada la medida en el Senado, sólo quedaba pendiente en la Asamblea su ratificación.

El día anterior ya había cierto nerviosismo por ambos lados. El gobierno dudaba de tener una mayoría parlamentaria para aprobar la reforma. Los sindicatos sospecharon que Macron, ante este escenario, estaba considerando utilizar el artículo 49.3 y saltarse la votación en el Congreso, como finalmente sucedió.

Francia es uno de los países de la región con mayor gasto en pensiones, con cerca del 14 por ciento del producto interno bruto, muy por encima del promedio de la Unión Europea (UE), que es del 9,5 por ciento.

De ahí que las instituciones comunitarias exijan a Francia y a otros países, como España, Portugal, Italia, Polonia y Bulgaria, reformas que garanticen la supervivencia del sistema de pensiones, pero sin incrementar el déficit público del 3 por ciento, norma invariable del Tratado. de Maastricht, la base de la UE, para mantener viva la unión monetaria y financiera.

La reforma de Macron prevé aumentar la edad de jubilación de 62 a 64 años en 2030, aumentar el período de cotización de 42 a 43 años para tener derecho a pensión completa, asegurar una pensión mínima de 1.200 euros al mes -ahora son 916 euros – y eliminar algunos privilegios para sectores como los trabajadores de la energía, el transporte, la policía y el ejército.

El plan también prevé unificar los tipos de pensión y acabar con un modelo con más de 40 regímenes diferentes.

La Primera Ministra, Élisabeth Borne, acudió a la Asamblea para anunciar la aprobación del plan por decreto. De inmediato, los diputados de Izquierda Insumisa y la extrema derecha reaccionaron con indignación, se levantaron, en medio de abucheos, cantaron La Marsellesa, el himno nacional, y exigieron la renuncia del jefe de Gobierno.

La tensión creció hasta el punto de que la sesión parlamentaria tuvo que ser suspendida. Pero el anuncio del decreto, y por tanto la aprobación de la reforma, ya estaba hecho.

Ahora solo queda una vía para suspender la tramitación de la reforma, que es la aprobación de una moción de censura contra Macron, para la que las partes tienen un plazo de 24 horas para presentarla y 48 para votarla.

Tanto la extrema derecha de Marine Le Pen como Francia Insumisa ya han anunciado su intención de presentar la moción, pero su éxito depende de alcanzar una mayoría absoluta de 289 escaños. El partido Renacimiento de Macron tiene 250, y su aliado, Los Republicanos, 61.

(Con información de la agencia)

 
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