Javier Milei, el síntoma de un electorado enfermo de rabia y desconsuelo

Javier Milei, el síntoma de un electorado enfermo de rabia y desconsuelo
Javier Milei, el síntoma de un electorado enfermo de rabia y desconsuelo
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Milei crece en las encuestas y le duele, sobre todo, a Juntos por el Cambio. (foto Alejandro Beltrame)

Un avezado analista que agota hojas de cálculo, mira números y conversa con políticos, empresarios y líderes del círculo rojo lleva unas semanas entre sorprendido y alarmado. Pide confidencialidad de identidad para evitar sospechas pero pronuncia un duro diagnóstico: si todo sigue así, javier milei Puede entrar en segunda vuelta e, incluso, ser presidente. El “todo” es la economía pero, sobre todo, una política enfrascada en batallas tácticas para posicionarse mejor en sus entrañas.

No es el único. En contactos con dirigentes con despachos en Casa Rosada, en el Congreso y en oficinas del microcentro porteño, el nombre de Milei aparece una y otra vez. Ella es el fantasma que asusta a las dos coaliciones que ocupan el centro de la escena desde hace más de una década y que viven un interiorismo desgastante y agresivo. Ninguno de los dos frentes logra romper una peligrosa dinámica de endogamia. Hablan entre ellos mientras sus votantes sufren precios demoníacos, inseguridad y, ahora, cortes de energía a 40 grados de temperatura.

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“La grieta ya no es suficiente para explicar o definir el mapa político. Hay un desorden general en el sistema y un recrudecimiento de las luchas al interior de cada frente político. Se pelean más entre ellos que entre ellos. Cristina Kirchner y La Cámpora contra Alberto Fernández; Horacio Rodríguez Larreta versus patricia bullrich. Y Macri que hace mucho y dice menos”, explica uno de los interlocutores consultados para esta columna.

Alberto Fernández, Cristina Kirchner, en la única foto juntos en los últimos 300 días. (foto Adrián Escandar)

Ni el vicepresidente ni el expresidente tienen un aprieto para ordenar su grupo. Pero tampoco aceptan huir y dejar que los nuevos hagan, planifiquen e incluso se equivoquen. el lúcido Jorge Asís me dijo esta semana que hay algo actitud filicida en Cristina y Macri, los más encumbrados líderes de la política. Resistieron a los parricidas que querían “matarlos” -políticamente, claro- y ahora parece que se están tomando la revancha. Sin embargo, la crisis de liderazgo es el elefante que mueve su trompa en medio de la sala.

Mientras tanto, Javier Milei recorre localidades del interior del país, pasa cuatro horas explicando al establishment su plan de dolarización, realiza un allanamiento mediático y termina enredado en airadas discusiones en televisión. El cruce con Jésica Bossi, en TN, fue el último. En las redes sociales -esa caja de resonancia un tanto tóxica del microclima de la opinión pública- los mensajes mayoritarios, lejos de condenarlo, lo alabaron. Le premiaron por jugar al fleje y romper los límites.

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“La gente está muy enfadada y ya se han dado cuenta de que los políticos son los enemigos de su bienestar”, dice el economista que empezó a acelerar los pasos de su campaña entre sus allegados. Además de los anuncios de candidatos en las provincias, comenzará a difundir los proyectos de cada uno de los ocho ministerios en los que, dice, estructurará su gobierno.

Las adversidades son la inflación de 6,6% en febrero y la sospecha de que ese va a ser el fondo de los siguientes meses; la sequía destructiva que presagia hambruna y falta de dólares; y ahora la inestabilidad financiera internacional por la crisis bancaria, que comenzó en el pujante Silicon Valley, en California, y se propagó con la velocidad de un virus por todo el mundo.

“Ya no hay duda de que hay una bomba, pero lo importante es alargar la mecha, porque nadie quiere que esto explote. Al menos no ahora”, dicen en el campamento Juntos por el Cambio. El interlocutor modula lo que otros dirigentes de JxC comenzaron a decir en público, arrepentidos tras el comunicado que semanas atrás pretendía torpedear un canje de deuda en pesos que, más que un acto voluntario, fue una imposición de la realidad. Hubo dudas sobre el formulario, pero no que fuera imposible pagar la factura tal como estaba.

Sergio Massa accedió a un canje de deuda en pesos que fue, más que una opción, una imposición de la realidad.

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Esa visión de evitar un colapso repentino e inminente es compartida por Larreta, los radicales Gerardo Morales y Facundo Manes y algo también por Bullrich. Para encontrar su lugar en JxC, todos necesitan que el gobierno de Alberto y Cristina Fernández mantengan por ahora el control de las principales variables. Cualquier escenario es menos malo que perder el control.

El aumento del costo de vida, las señales de una paulatina desaceleración de la actividad económica, los retrasos acumulados en importaciones críticas y los aumentos salariales que están por debajo de las previsiones de inflación en los primeros cuatro meses agravan una situación cada vez más frágil.

En la oposición y el oficialismo ven que Macri está en otra sintonía. Más proclive a exponer los desequilibrios que dejó el cuarto gobierno de Kirchner, el expresidente regresa este lunes a la Argentina dispuesto a intervenir en el diseño del próximo oficialismo, tanto en los nombres como, sobre todo, en el rumbo.

Mauricio Macri y el influyente exprimer ministro italiano Romano Prodi

No dice por ahora si será o no candidato a presidente y pivota entre ser mentor y ejercer alguna tutela del poder del futuro. Lo hace porque puede.

Macri estará hoy en Chile, según anunció el expresidente Sebastián Piñera, a las 16:15 horas, en el palacete Las Condes de la Universidad Andrés Bello, para lanzar un grupo internacional de exdirigentes de la derecha de Iberoamérica, quien prometió enfrentar y revertir la ola de gobiernos de izquierda en América Latina.

Además de Piñera y Macri, el “Grupo Internacional por la Libertad y la Democracia” está integrado por Vicente Fox y Felipe Calderón (México), Iván Duque y Andrés Pastrana (Colombia), José María Aznar y Mariano Rajoy (España), y Jorge Quiroga, entre otros. No están juntos solo por la política, sino porque entienden que los gobiernos de izquierda enfrentan serias dificultades que pueden debilitar las instituciones. El grupo de expresidentes busca “tener un espacio de reflexión, coordinación, diálogo y acción para fortalecer la libertad y la democracia en América Latina”. En buen romance: volver a ser poder.

Es la otra campaña de lo que se hará la próxima semana en Buenos Aires, con una reunión del Grupo de Puebla, el otro internacional, de izquierda, que encabezan Andrés Manuel López Obrador (México), Lula Da Silva (Brasil ), Marco Enríquez -Ominami (Chile), Ernesto Samper (Colombia), Pepe Mujica (Uruguay), Fernando Lugo (Paraguay), Evo Morales (Bolivia), entre otros.

Será en el marco de la semana en que se recordará el 24 de marzo, Día del Recuerdo del inicio de la última y más sangrienta dictadura militar, a la luz de los 40 años de democracia que se celebrarán en diciembre. Ese día debe asumir el nuevo presidente. ¿Y si fuera Javier Milei?

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