El próximo mes de agosto la televisión pública alemana ZDF transmitirá el documental Los hijos del principado: esplendor y dramatismo, que retrata la vida del actual soberano, Alberto, y su familia. De momento sólo se ha estrenado un pequeño adelanto que ya ha puesto en jaque a los fans. Grimaldi.
El soberano, que está en el cargo desde 2005, habla del coste personal de haber asumido el trono tras la repentina muerte de su padre: “No es fácil afrontarlo. Es difícil aparecer en público y dar discursos. Tuve que aprender desde muy pequeño lo que se esperaba de mí”, confiesa.
Sus palabras coinciden con las últimas informaciones disponibles sobre Charlene de Mónaco. Los medios locales, que viven en constante preocupación por su estado de salud, aseguran que la Princesa Está cada vez más sola y aislada. “Está rodeada de gente, tiene sus propios trabajadores a su servicio, pero está completamente sola y, en gran medida, muy protegida”, apuntan.
Él ánimo La infección otorrinolaringológica le afecta tanto como la presión social a la que está sometida desde que conoció a su futuro marido.
En cierto momento, Charlene decidió hablar públicamente sobre su estado de salud y expresar en voz alta el sufrimiento que vivía desde hacía meses. «Centraré toda mi energía en mis hijos, mi marido y mi salud porque esas son mis prioridades. Mi salud aún es frágil y no quiero ir demasiado rápido. El camino ha sido largo, difícil y doloroso. Hoy me siento más tranquila”, explicó la Princesa.
Desde entonces, han sido varias las ocasiones en las que el sudafricano ha comparecido ante las cámaras. Ella siempre lo hizo, sin embargo, con la mirada ausente por exposición pública resultante de su cargo. Algo, confiesa Alberto, teme que le pase también a sus dos hijos pequeños, los gemelos. jacques y gabriela.
La princesa Charlene y el príncipe Alberto de Mónaco en el baile de la Cruz RojaGTRES
“Nuestros hijos son todavía muy pequeños y quiero que crezcan con la mayor normalidad posible”, explica. «Igual que hicieron mis padres conmigo y mis hermanas. Cuando éramos pequeños, nuestra vida familiar era lo más normal posible. Pasamos el mayor tiempo posible juntos y disfrutamos de nuestra privacidad y de los viajes familiares”, recuerda.
