Los 50 años de Penélope Cruz, la estrella que nunca ha dejado de ser de barrio

Los 50 años de Penélope Cruz, la estrella que nunca ha dejado de ser de barrio
Los 50 años de Penélope Cruz, la estrella que nunca ha dejado de ser de barrio

El pasado 20 de octubre, en el Teatro Campoamor de Oviedo, en su discurso al recibir a la Princesa de Asturias, Meryl Streep exaltó a estas figuras de la cultura española: Lorca, Picasso y Penélope Cruz. El guiño a la actriz tuvo el suyo. Tenemos el cuadro tan cerca que no está mal que alguien que lo aprecie un poco más lejos -y alguien, en este caso- nos refresque su valor. Los datos también ayudan: Penélope tiene 34 premios y 56 nominaciones, incluido un Oscar y otras tres nominaciones. Es, junto a Sofia Loren y Anna Magnani, una de las actrices latinas más premiadas de todos los tiempos. He aquí una mujer española de la que se hablará por siempre jamás.

Este domingo 28 de abril cumple 50 años. Parecen pocos si nos fijamos en su carrera, pero demasiados si nos fijamos en su increíble aspecto. Es muy fácil caer en la tentación de escribir que llega a los 50 en su mejor momento, pero la expresión tiene un sabor a cliché: es lo mismo que dijimos cuando cumplió 20, 30 y 40, y eso ya es muy revelador. A los 20 años, en 1994, era una actriz recién establecida en nuestro cine; A los 30 años, en 2004, Hollywood se sentía suya; A sus 40 años, en 2014, tras romper todos los techos, vivía la felicidad inmejorable de la familia que había formado con Javier Bardem.

En abril de 1984, cuando tenía 10 años, no la conocíamos, pero en ese momento estaban ocultas casi todas las claves de su historia. Era una chica de barrio, la hija mayor de un matrimonio de clase media trabajadora a quienes siempre les había gustado bailar juntos. Penélope, de Serrat. Vivían entre Alcobendas y San Sebastián de los Reyes. Su hermana Mónica tenía siete años y su madre Encarna de ella, a punto de quedar embarazada de Eduardo, acudía a una peluquería donde sus hijas la acompañaban durante largos periodos de tiempo, un lugar de lujo para observar la afección. humano. En su casa no faltaba nada, pero tampoco le sobraba nada. Para que sus hijas pudieran practicar ballet, Encarna trabajó casi demasiado, pero sus benditos esfuerzos les abrieron un camino que alegraba sus días.

Cuarenta años después, Penélope reina en los ambientes más elitistas y sofisticados del cine y la moda. Se ha consolidado como una súper actriz y un ícono de estilo, a la manera de su venerada Audrey Hepburn. Pero ella es todo lo contrario de una declassé, nunca ha perdido su anclaje en la realidad ni su aire de chica de barrio.

Luis Alegre y Penélope Cruz, el día que la actriz recibió la Medalla de Plata de la ciudad de Zaragoza, en diciembre de 2006.© JOSÉ LUIS CUESTA (CORDON PRESS)

Penélope no olvida. En su memoria y en su vida, los valores que bebió en su infancia, sus primeras grandes amistades –Goya Toledo, Juan Diego Botto-, los cineastas que la formaron como actriz –Bigas Luna, Fernando Trueba, Pedro Almodóvar— o, por supuesto, el impresionante chico y actor con el que con 17 años protagonizó su primer largometraje, jamón Jamón (1992), y con la que se dedica a hacer de sus dos hijos, Leo y Luna, su auténtica obra maestra.

Más allá de Meryl Streep, un tema aparte es la devoción que despierta entre las mujeres más admiradas del mundo. Sofia Loren, Madonna, Isabella Rossellini, Kate Winslet, Marion Cotillard, Dua Lipa, Gisele Bündchen, Demi Moore, Shakira, Carlota Casiraghi, Irina Shayk, Anna Wintour y Julia Roberts tienen debilidad por ella. El pasado mes de diciembre, en Los Ángeles, Kristen Stewart y su íntima amiga Salma Hayek patrocinaron un cóctel en su honor, al que asistieron Jacqueline Bisset y Geena Davis. Hace un par de años, el MoMA de Nueva York le rindió homenaje y Rosalía, la otra española reconocida en cualquier supermercado del planeta, viajó desde Miami para soltar estas palabras sobre su ídolo desde que era adolescente: “Adoro su.” . Para mí es una gran referencia, una gran inspiración”.

Intentar descubrir el secreto de Penélope es una pérdida de tiempo. Los argumentos más evidentes –talento, determinación, amor por la profesión, fortaleza mental, tenacidad, resistencia, pasión por los desafíos, autoexigencia, luz, belleza, encanto, clase, distinción, suerte– no son suficientes. Es eso No se lo que que se nos escapa lo que nos vuelve locos.

Da gracias a la vida, claro está, aunque no puede quitarse de encima lo que ha bautizado como “el síndrome de la madre de Rafael Azcona”. El formidable guionista recordó que, en su modesta casa de Logroño, en la posguerra, cuando su padre llegaba muy contento porque las cosas iban muy bien y todos se apresuraban a celebrarlo, su madre enseguida los devolvía al suelo: “Nosotros’ Lo pagaré”. “Ahora”, murmuró. Penélope disfruta de las alegrías, pero un poco de lado: todo puede ponerse patas arriba en cualquier momento, este mundo es muy absurdo, injusto y cruel y el futuro de la humanidad parece de lo más inquietante.

De izquierda a derecha, Luis Alegre, Encarna (madre de Penélope Cruz), Sofia Loren y Penélope Cruz, en el camerino de la actriz italiana antes de los Premios Bambi en Berlín en 2018, en los que la intérprete española ganó el premio a la mejor actriz internacional. Una imagen del archivo personal de Luis Alegre.

El hombre de 50 años la pilló en Nueva York, en plena resaca ferrari ―la película de Michael Mann por la que volvió a estar nominada a los premios Screen Actors Guild Awards― e inmersa en el rodaje de La noviauna versión de La novia de frankenstein, el clásico de James Whale de 1935. Está dirigida por Maggie Gyllenhaal y Penélope está muy bien rodeada de Christian Bale, Jessie Buckley, Peter Sarsgaard y Annette Bening. Luego le esperan dos proyectos que ha impulsado: un documental muy personal y Los días del abandonola adaptación de la novela de Elena Ferrante que va a realizar Isabel Coixet.

Mientras tanto, estos días millones de personas devoran el videoclip de la canción en las redes sociales. 313 en el que ella y Silvia Pérez Cruz colaboran con Residente, su rapero favorito, y el cortometraje que, para un evento de Chanel -marca de la que es embajadora desde 2018- protagonizó junto a Brad Pitt, quien ahora mismo— qué cosas—está rodando con Javier Bardem una película de Joseph Kosinski ambientada en la Fórmula 1. “Tenemos que vivir sin perdernos nada”, recita Penélope en 313. “Eres tanto que no encajas”, canta Residente.

La Penélope que pasaba las tardes en la peluquería de su madre era una niña muy fantasiosa. Pero vaya, qué forma tan espectacular de superar los sueños de la infancia.

 
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