El Pompidou llega a Valencia con su colección de fotografía experimental

El Pompidou llega a Valencia con su colección de fotografía experimental
El Pompidou llega a Valencia con su colección de fotografía experimental

VALENCIA. Nunca antes se habían tomado tantas fotografías como ahora. Con una cámara siempre en el bolsillo capaz de almacenar miles de imágenes en nuestro teléfono móvil, nuestra relación con la fotografía ha cambiado profundamente en los últimos años. Y lo sigue haciendo, ahora con la mirada puesta en la Inteligencia Artificial. Sin embargo, muchas veces se mantienen debates básicos, aunque pasen los años, los que tienen que ver con la representación de la realidad, con la construcción de ficciones y la capacidad de crear nuevos mundos. En este último apartado, el que tiene que ver con la “capacidad lírica” de la fotografía, se enmarca la exposición Visiones ampliadas, una exposición que muestra en Caixaforum València una buena muestra de las colecciones del Centre Pompidou a través de la cual se traza un relato en torno a la fotografía experimental que va más allá de la lectura cronológica para sumergirse en un viaje que entrelaza arte, sensibilidad, ciencia y tecnología. En definitiva, fotografía.

“En esta exposición aprovechamos esa capacidad lírica de la fotografía, vamos a hablar de ver y mirar, de la capacidad de la fotografía para retratar mundos, para modificarlos, incluso para crear nuevos mundos y nuevas ficciones, y por supuesto explorar límites más allá de la fotografía con otras disciplinas”. Estas palabras están firmadas por el director de CaixaForum València, Álvaro Borrásque presentó la exposición junto con el responsable de contenidos de Exposiciones de Arte de la Fundación ‘la Caixa’Carla Tarruellay su comisionado, julia jones. Casi un centenar de obras se reúnen en una exposición que llega a Valencia con una versión adaptada de sus anteriores giras por ciudades como Madrid y Barcelona y con alguna novedad, como la inclusión de una pieza de Josep Renau, Sociedad de consumode los años 70, de la colección del Institut Valencià d’Art Modern (IVAM), y fotografía Fotomontaje inspirado en la Estación de França de Gabriel Casasde los años 30, procedente de las colecciones del Museo Nacional de Arte de Cataluña.

Bajo el paraguas de la “fotografía experimental”, el centro busca explorar las diferentes formas en que, desde principios del siglo XX, los creadores se han acercado e interesado por el medio fotográfico, entonces considerado la herramienta contemporánea por excelencia. Lo hace con un eje común, pero enfatizando en todo momento la diversidad de miradas, una pluralidad que no sólo tiene que ver con los resultados, con las piezas expuestas, sino también con la propia concepción de la obra, obras creadas con diferentes motivaciones, algunas más cercanas al hecho artístico y otras al hecho tecnológico o científico. Es el tiempo, la perspectiva, lo que ha acabado por reunirlos en un mismo espacio que ahora genera un baile de firmas entre las que destacan algunas como Man Ray, Brassai cualquiera Guillermo Klein.

Precisamente Hombre rayo, quien sistematizó el uso del fotograma y dio valor artístico a la técnica, es una de las marcas que inician el recorrido expositivo, una primera parada que se centra en la investigación de la luz como principio de experimentación fotográfica. Junto a él aparecen otros nombres como László Moholy-Nagycon su propuesta abstracta y singular, o Mauricio Tabard, quien se sumerge en el imaginario surrealista a través de las llamadas solarizaciones, una delicada técnica que consiste en someter el negativo o papel fotosensible a una intensa luz blanca en el momento del revelado. A unos pasos encontramos las impresionantes imágenes creadas por el fotógrafo y escritor francocanadiense. Alix Cleo Roubaudpiezas que nos hablan de la fascinación por el movimiento, en este caso con una serie en la que el propio ritmo de la respiración da forma a imágenes sugerentes y en ocasiones lúgubres.

El movimiento también, aunque desde un punto de vista muy diferente, tiene que ver con el trabajo del científico estadounidense y profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Boston, Harold Eugene Edgertonquien fabricó un dispositivo capaz de descomponer el movimiento de los objetos mediante un sistema de destellos de luz fugaces, trabajo que lo llevó a ser uno de los protagonistas de la primera exposición en el Museo de Arte Moderno de Nueva York en 1937. Una cuestión de técnica , la exposición aborda las múltiples posibilidades de ampliar el alcance del ojo humano a través de técnicas como el microscopio, el telescopio o el infrarrojo, un relato que no sólo habla de arte, sino también de medicina o arquitectura, y que añade visiones como las imágenes luminosas de Georges Guilpin y Étienne Léopold Trouvelot o formas psicodélicas de Gottfried Jäger.

“La distancia histórica nos permite ver estas obras como hitos de la fotografía”, subrayó el comisario, quien definió la exposición no tanto como un relato lineal sino como un “catálogo de formas de vivir la fotografía en un diálogo constante entre la historia y lo contemporáneo”. .” ”. En este sentido, la cuestión de la realidad queda en un segundo plano, en una exposición que pone el énfasis en la fotografía como una forma de mirar de forma única el mundo existente y, también, como medio para crear nuevos escenarios. Piezas como Nocturno de Brassaiuna composición de sombras de Gerardo Ifert o el retrato del fotógrafo e ilustrador surrealista francés Roger Parry. Ambos dan forma a una historia poco convencional de la fotografía que, a partir de hoy, se desarrolla en Caixaforum València.

 
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