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CUALQUIERA
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Descripción enviada por el equipo del proyecto. La parcela no estándar en forma de L, a la que se accede a través de una calle adoquinada, está situada en el centro de la capital de Lituania, la ciudad más grande de Lituania. Sin embargo, este lugar rezuma ambiente de ciudad pequeña.
Es peculiar y fascinante la transición del centro de la ciudad a auténticas casas de madera de una sola planta con balcones y acabados en madera tallada en apenas unos minutos en coche. Te sientes como si estuvieras en el casco antiguo de un pueblo pequeño.
El cliente del proyecto es uno de los diseñadores lituanos más famosos, representantes del gremio artístico y de una familia de artistas.
La comunidad artística buscó un diseño único para la casa, lo que hizo que la tarea fuera un desafío. La casa tenía que encajar perfectamente en el contexto general auténtico de un pequeño pueblo, cumpliendo al mismo tiempo con las exigencias patrimoniales y armonizando con el medio ambiente, ya que la parcela está situada junto a un importante objeto histórico y cultural: el antiguo cementerio de Bernardino.
La casa tiene formas triangulares afiladas, interconectadas casi de forma invisible. Destaca por sus formas modernas y colores sutiles.
La idea compositiva de la casa es un gran trozo de madera, aparentemente cortado con un hacha, con las incisiones relucientes de vidrio. Se trata de enormes ventanales que aportan luminosidad al espacio y dejan entrar el verdor del entorno, la transformación de la naturaleza. Estos recortes le dan a la casa una estructura interesante, creando pequeños espacios, alcobas y mini terrazas.
El edificio está formado por una sólida pared de madera, el techo también es de madera, y esos recortes, vitrinas, fragmentan y centran la mirada en esas incisiones: incluso en el interior se revelan diferentes miradas, creando atmósferas muy diversas.
La estructura de la casa es intrigante: es de un solo piso, pero parte de él (el dormitorio principal) está elevado para permitir una vista más amplia a través de las ventanas.
Las fachadas no se crean a través de detalles arquitectónicos, sino más bien de un patrón unificado de vigas cortadas: no hay nada más tanto en el techo como en las paredes, sólo vigas de madera y vitrinas de vidrio.
La primera planta de la casa está ocupada principalmente por la cocina y el salón comunes, con acceso a ambas terrazas. Los arquitectos diseñaron un bloque de muebles que separa la cocina y el salón: un armario con puertas de espejo y muebles de cocina. Estas superficies de trabajo están hechas de acero.
Al segundo piso de la casa se accede por unas escaleras de hormigón y alberga el dormitorio de los propietarios, un baño y un vestidor.