Supongo que ser una de las mejores actrices del país va ligado a no tener ni un minuto libre de tu agenda. El tiempo de Belén Rueda es tan restringido durante las épocas de promoción que tiene que esperarme mientras la llevan a su próxima entrevista, rezando para que los túneles no arruinen nuestra frágil conexión. Aun así, consigue transmitir desde el otro lado del teléfono esa dulzura y cercanía que tanto la caracteriza y que nada tiene que ver con Marisol, el personaje al que da vida en “Free Fall”, la nueva película de Laura Jou y producida por Juan Antonio Bayona.
Rueda se pone en la piel de Marisol, la entrenadora nacional de gimnasia rítmica a la que le sobra talento y le falta humildad. Es una mujer fría, exigente, autoritaria, intransigente, incapaz de aceptar el fracaso personal que supone para ella la infidelidad de su marido (Ilay Kurelovic). A partir de ese momento comienza una camino peligroso para reconquistarlo en el que la cordura brilla por su ausencia y los límites morales son cada vez más difusos.
«Al leer el guión por primera vez pensé: “Madre mía de mi vida, a ver hacia dónde llevo este personaje”. Como actriz tengo que empatizar completamente con ella porque tengo que entenderla y convertirme en ella, incluso si no comparto su forma de vida en absoluto, y al principio fue difícil para mí porque es un personaje muy complejo con muchas aristas”, me cuenta Rueda sobre su primer contacto con la dominante Marisol.
Empatía es precisamente lo que le falta a la protagonista, “respecto a los demás y respecto a ella misma, porque hay una escena en la que ni siquiera es capaz de permitirse una lágrima en la intimidad. “Ella no se permite ese momento de lo que considera debilidad”. Una forma de recorrer el camino de su vida que la ha llevado a “estar muy sola” y a refugiarse en las máscaras con las que se presenta. «Profesionalmente tiene mucho éxito, y personalmente lleva 25 años con su marido, del que está perdidamente enamorada. Desde fuera parece que ha alcanzado la perfección, pero no ha sabido afrontar la vida cuando las cosas no salen como esperaba. En esta película se plantean muchas cosas que parecen tener una sola verdad. ¿El éxito gana muchas medallas? ¿Qué es la perfección? “Cada uno tiene una idea muy distinta”, afirma Rueda.
Éxito para Belén Rueda
Y dejando a Marisol de lado, ¿Qué es el éxito para Belén Rueda? «A nivel laboral para mí es poder trabajar en lo que me gusta y poder seguir haciéndolo en el futuro. Además tengo una profesión que me permite trabajar durante muchos años. Cuando empiezas tienes la oportunidad de ofrecer la frescura de lo nuevo que tienes que aportar, y cuando estás en mi etapa, la experiencia”, responde.
Con casi 60 años, Rueda tiene claro que la edad es un plus tanto a nivel personal como profesional, y la transforma cada día que pasa en un mayor grado de libertad: «A mi edad hay ciertas cosas que me importan un carajo, por eso me enfrento a personajes con menos ataduras. Cuando tenía 20 años afronté las cosas de forma más virginal, pero a medida que me hago mayor ya no te importa lo que digan o dejen de decir, por eso me atrevo a interpretar personajes muy arriesgados. Quiero llegar al final de ese personaje porque ya no me importa si me juzgan mal. “No soy tan consciente del qué dirán”.
Teniendo claro qué significa para ella el éxito profesionalmente, tengo que preguntarle qué significa esa palabra a nivel personal, y ella no duda ni una milisegundo en responder: “Haber hecho todo mi recorrido como madre y tener dos hijas que son el anfitrión”.
