Pero no es una imitación que vas a reconocer.
La idea original de Peter Jackson para El Señor de los Anillos era que Patrick Stewart interpretara a Gandalf, pero rápidamente cambió de opinión tan pronto como Philippa Boyens le envió una cinta de él actuando junto a Ian McKellen (en X Men, probablemente). Entonces lo tuvo claro: era a McKellen a quien necesitaban. No fue el único que luchó por el papel: Christopher Lee Incluso le envió una foto vestido de mago a Jackson, pero decidió que era más adecuado como Saruman. Un éxito de casting exquisito.
Tolkien me tocó
Hubo aún más problemas con el personaje, porque Miramax quería a alguien muy reconocible a primera vista para Gandalf (incluso más que Ian McKellen), y junto con New Line sugirieron cinco nombres diferentes: Max von Sydow, Paul Scofield, Morgan Freeman ( !), Christopher Plummer y Sean Connery. En un momento dado, incluso prefirieron un actor americano a uno inglés. Todo era absurdo: nadie es capaz de imaginar El Señor de los Anillos sin McKellen al frente de la comunidad.
Para prepararse, McKellen decidió que el mago debía tener la misma cadencia y tono de voz que la persona que le dio vida: JRR Tolkien. Así lo reveló el director, quien indicó que, en realidad, el actor estaba haciendo una imitación del famoso escritor. Y no fue casualidad ni inventiva, porque lo conoció en la vida real en un pub de Oxford muchos años antes de siquiera soñar que interpretaría su personaje más conocido.
Para ello, estudió la voz de Tolkien y la mezcló con su propio conocimiento del acento rural inglés. Además, para prepararse adecuadamente para el papel, leyó el libro todas las noches, empapándose a fondo de la Tierra Media. El resultado fue una actuación memorable. Y cuando se trata de actores de primer nivel, el resultado puede ser único.
