Estos días el precio del cobre es noticia a nivel mundial, ya que ronda los 10.000 dólares la tonelada en la Bolsa de Metales de Londres, muy por encima de los valores históricos. Esto se debe a que en el sector minero todos los pronósticos indican que la demanda en los próximos años tendrá un fuerte crecimiento y la producción de metales no será suficiente para cubrir el aumento del consumo.
Las razones del aumento de la demanda tienen mucho que ver con la transición energética, donde el cobre tendrá un papel protagonista.
Se necesitarán grandes cantidades del metal industrial para la producción de coches eléctricos y para las redes de transporte de energía a las terminales de carga eléctrica. Otro factor está vinculado a la construcción de nuevos centros de datos por parte de empresas tecnológicas, donde la infraestructura será decisiva para contribuir al desarrollo digital y al mismo tiempo continuar con los avances en inteligencia artificial.
Hasta ahora China abastecía el mercado global y tenía capacidad para cubrir el déficit de producción que se generaba en otras partes del mundo gracias al stock que tenía almacenado. Según informes privados, sólo en la última década los mineros chinos aumentaron su producción un 40%, pero las necesidades son tan enormes que los analistas del sector descartan que el gigante asiático tenga capacidad suficiente para responder.
El precio del cobre a nivel mundial
En la bolsa, los futuros del cobre aumentaron un 115% desde los mínimos alcanzados en 2020, en plena pandemia de coronavirus. Esto se debe a la casi inexistente reacción que tuvieron las empresas en la búsqueda de nuevos yacimientos: una menor oferta del producto implica un aumento de los precios.
El principal problema es que el ser humano ha agotado los yacimientos más productivos y a las empresas les resulta cada vez más caro desarrollar una mina que asegure años de producción continua.
La inflación global aumentó los costos de los equipos necesarios para la extracción ya que para ello se necesitan metales y eso genera un círculo vicioso que contribuye a aumentar los precios. En realidad, hay proyectos en términos geológicos, pero el problema es la falta de inversión que hace años que no se realiza en el sector.
Los analistas estiman en 150 mil millones de dólares el dinero que la industria tendría que invertir en los próximos años para poder satisfacer la nueva demanda. La cifra parece inalcanzable, más aún teniendo en cuenta que -según S&P Global- el sector alcanzó los 3.000 millones de euros en 2023 destinados a la exploración de nuevos yacimientos, siendo la cifra más alta de la última década.
Lo que se invierte está muy lejos de lo que se necesita y eso es realmente un problema. Por tanto, todo indica que la producción global no será suficiente para cubrir el aumento de la demanda en los próximos años.
¿Qué debe pasar para que las empresas inviertan?
El grupo inversor BlackRock ofreció recientemente información importante: Según sus estimaciones, el precio del cobre debería alcanzar los 12.000 dólares la tonelada, más de un 20% por encima de los precios actuales, para que la industria comience a animarse a realizar grandes inversiones en nuevas minas. Si estos cálculos son correctos, parece inevitable que el precio de la tonelada de cobre siga subiendo y de ser así, sería el precio más alto jamás visto en la historia, aún por encima de los $10.674 que se registraron en 2022.
La oportunidad para Argentina
Nuestro país comenzó a producir cobre a gran escala en 1997 con la mina Bajo la Alumbrera, en la provincia de Catamarca y dejó de hacerlo en 2018. Fueron 21 años de explotación en los que se produjeron ingresos fiscales por 5.037 millones de dólares y exportaciones por 17.300 millones de dólares.
Actualmente hay ocho proyectos de gran escala ubicados en cuatro provincias que se encuentran en etapa avanzada de exploración. En la provincia de San Juan, la que tiene más proyectos, están Los Azules, El Pachón, Josemaría, El Altar y Filo del Sol; Taca Taca se encuentra en Salta; en Catamarca está MARA (Mina Agua Rica – Alumbrera); y en Mendoza el proyecto San Jorge. Las estimaciones de recursos de cada uno sitúan a la Argentina como uno de los principales países del mundo con potencial de producción de cobre.
La etapa de construcción de estos proyectos requerirá una inversión de más de 22.000 millones de dólares y podría generar ventas al país entre 9.000 y 11.000 millones de dólares anuales (con una balanza comercial positiva de 7.000 millones de dólares). Se estima que se podrían extraer 1,2 millones de toneladas gracias a una reserva local de 63,1 millones de toneladas de cobre.
