Nueve sugerencias de libros con primavera en ellos.

La primavera es esa estación que siempre regresa cargada de libros, que celebra su día y se llena de ferias del libro. En sus páginas, la primavera transcurre igual de espléndida, iluminando la vida de sus personajes entre nubes y claros, y anunciándose ya desde el título. aquí van Nueve sugerencias para disfrutar también de la primavera con un libro en las manos. De la ‘primavera’ de Ali Smith a la ‘Primavera extremeña’, de Julio Llamazares. Del clásico’aguas de manantial‘, de Iván Turguénev a los pensamientos naturalistas de los pioneros del ambientalismo Henry David Thoreau y Susan Fenimore Cooper.

En el típico cielo azul claro flotan nubes blancas que parecen ovejas recién lavadas. Siguen ahí arriba, pero en el suelo todo se mueve por un viento revuelto que viene rodando por la avenida. Quién sabe de dónde arrancó estas diminutas hojitas, partículas que se esparcen por la acera y se pegan a la parte inferior de nuestros pantalones mientras esperamos para cruzar la calle. Semillas y polvo. En la ciudad, la primavera es caprichosa y no trae mariposas sino ovejas. Ovejas blancas como nubes.

en la novela Primaveratercer título de Cuarteto de temporada de Ali Smith, uno de los personajes tiene una epifanía cuando acude a una exposición de la artista británica Tacita Dean donde hay nubes dibujadas con tiza sobre pizarra y una enorme montaña desde la que una avalancha se precipita hacia el espectador. Al alejarse, siente que frente a esa montaña amenazante que lo dejó sin aliento, las nubes forman un tejido donde puede respirar: “Después de esas nubes, las del cielo de Londres parecían diferentes, como si fueran algo que pudiera ser interpretado como un espacio para respirar”. . Y eso también afectó a los edificios debajo de las nubes, el tráfico, la forma en que se cruzaban las calles, la forma en que la gente se cruzaba en la calle, todo era parte de una estructura que se desconocía. estructura, pero fue igualmente así”.

A pesar de retratar una sociedad egoísta y temerosa seducida por el Brexit, que encarcela y olvida a los inmigrantes en centros de detención, Primavera Es una novela atravesada por la luz de la estación, que empuja a sus personajes a abrazar la vida y abre una puerta a la esperanza. “Si pasas por delante de cualquier arbusto o árbol en flor, será imposible no escuchar el ruido del motor, la nueva vida que ya está en movimiento, la fábrica del tiempo”, dice Ali Smith.

La vida también renace cuando todo se detiene en primavera extremeña, de Julio Llamazares, donde el autor relata los tres meses que pasó confinado con su familia en una casa de la Sierra de los Lagares mientras la pandemia, como la amenazante montaña de Tacita Dean, ensombrece el mundo exterior. Pero en los campos las nubes traen tormentas que en el transcurrir apacible de los días harán estallar la naturaleza en matices violentos: “Había llovido tanto en abril que el calor absorbía la humedad formando nubes que al cabo de unos días volvían a soltar agua y así cada poco tiempo. […] Al verde intenso de abril sucedió ahora el oro del heno seco, y el resplandor blanquecino de la avena silvestre en los bordes de los caminos, y el violeta de las lilas y de los lirios silvestres, y el blanco de la flor de jara…

Así suele cruzar los días la primavera: a todo color, ajena al desastre del mundo. Y contra su resplandor arde el rastro de lo que los hombres destruyen, como en las guerras en las noticias, como en morir en primaverala novela del poeta y dramaturgo alemán Ralf Rothmann, donde al final de la Segunda Guerra Mundial son reclutados los jóvenes Walter y Friedrich, que trabajaban en una granja lechera: “Las nubes recorrían los campos y había vehículos ardiendo por todas partes. No se oyeron lanzagranadas ni fuego de artillería pesada. De vez en cuando resonaba una descarga de ametralladora o una bola de fuego se elevaba hacia el cielo y caía humeante en el valle: luces rojas, verdes y blancas que iluminaban los ríos y bajo las cuales danzaban las sombras de árboles solitarios.

La Gran Depresión estadounidense tiñe de gris las nubes invernales Espera la primavera, Bandinila primera novela de Juan Fante, en la que un adolescente Arturo Bandini, alter ego del autor que protagonizará una tetralogía, añora su llegada mientras deja atrás su infancia en una familia de emigrantes italianos que se desmorona cuando el padre se marcha de casa. La memoria de la juventud y sus errores son el trasfondo sobre el que se desarrolla. aguas de manantialun clásico de Iván Turguénev donde los cálidos rayos del sol atraviesan las ventanas de cafés y salones del siglo XIX vestidos de terciopelo. Sus reflejos dorados también iluminan la intimidad de la rutina familiar en el volumen. En primaverael tercero del Cuarteto de las estaciones del autor noruego Karl Ove Knausgårddonde narra con su cadencia característica un solo día en la vida de un padre y su hija de pocos meses.

La primavera es esa estación que siempre regresa cargada de libros. Y además en ellos todo sucede a pequeña escala: los capullos que se abren y los insectos, la respiración de las flores, el polen suspendido en la luz, las gotas de lluvia. Todo lo que nos gustaría plasmar con palabras antes de que desaparezca. los pensamientos de Henry David Thoreau que surgen de la minuciosa contemplación de esa naturaleza efervescente se recogen en el volumen Primavera. Y después de sus excursiones por el campo, la naturalista Susan Fenimore Cooper escribió en su diario rural de primavera la historia de lo efímera y cambiante, de lo hermosa que es esta estación: “Día nublado. Dimos un agradable paseo en barco por el lago. El campo, visto desde el agua, tenía un aspecto precioso, adornado con los trofeos florales de mayo. Muchos de los árboles frutales todavía están en flor, en huertos y huertos, mientras que en muchos lugares los cerezos y ciruelos silvestres goteaban al agua. La noche era tranquila, perfecta, sin un soplo que agitara el lago, y el suave aspecto primaveral de las montañas y los campos, iluminados por su joven verdor, había ido cubriendo las aguas.

Aunque en el entorno urbano, donde la gente enferma de soledad, la estación puede teñirlo todo de melancolía como en la delicada novela. El jardín de primavera del escritor japonés Tomoka Shibasakicuyo protagonista, Taro, último habitante de un edificio que va a ser derribado, vive enamorado de una casa azul.

Aquí, en la ciudad, la primavera transcurre con menos alboroto, queda atrapada en los parques y las pelusas en los balcones o en los árboles de las aceras, en esas nubes como ovejas que aparecen de vez en cuando entre los edificios. O en esa bolsa de plástico que revolotea hinchada como si tuviera atrapado el aire en su interior, la luz de esta atmósfera deslumbrante que hoy lo envuelve todo y parece ponernos de buen humor. Sí, la primavera está difundiendo algo vivificante. Tacita Dean, la artista efímera que lleva toda su vida coleccionando tréboles de cuatro hojas, filmó el poema visual en 1995. Una bolsa de aire: un cortometraje de tres minutos en 16 mm donde una voz en apagado Explica las instrucciones para recoger ese aire en una bolsa “tan embriagado con la esencia de la primavera que al destilarlo y prepararlo producirá un aceite dorado, remedio suficiente para curar todas las dolencias”.

Sobre el Autor

Ana Esteban

Ana Esteban es una viajera, de adentro hacia afuera o de afuera hacia adentro. Es autora de las novelas Sólo llueve (Debate), La luz bajo el polvo (Ediciones del Viento) y del libro de cuentos Peces de charco (Baile del Sol). Ha publicado artículos, críticas cinematográficas y literarias, entrevistas y crónicas en El País, El Semanal, El Asombrario, Buensalvaje y otras publicaciones.

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