Hernández Navarro, el imaginero huertero que deja un gran legado en la Región

Hernández Navarro, el imaginero huertero que deja un gran legado en la Región
Hernández Navarro, el imaginero huertero que deja un gran legado en la Región

MURCIA. José Antonio Hernández Navarro norteSucedió el 4 de diciembre de 1954, en el Esquina Almodóvar (Los Ramos), que en aquel momento dependía de Torreagüera, ya que la historia de este moderno distrito siempre ha estado ligada al pueblo a los pies de Miravete. Ese mismo mes y año fue bautizado en la iglesia parroquial del Santísimo Cristo del Valle, que data del siglo XVIII y a la que se siente muy cercano como veremos más adelante. Su abuelo, bautizado en Torreagüera y también en Rincón, fue trabajador ferroviario, de ahí que su padre naciera en Andalucía y su madre en la provincia de Alicante, debido a los traslados forzosos que requería esta profesión.

Entre limoneros e higueras inició sus primeros estudios, dando posteriormente el salto académico al bachillerato en el Instituto Alfonso X, para luego continuar su formación en la Escuela de Artes y Oficios; ambos centros en la capital del valle del Segura. En este último impartió clases hasta la jubilación del escultor. Juan González Morenolo cual sería muy beneficioso para Hernández.

Continuó su formación, en los talleres de Elisa Seiquer y luego, en el José Sánchez Lozanopara posteriormente trabajar en talleres de belenes de la zona.

A finales de los años 70 su carrera sufrió un breve parón, al trasladarse a Zaragoza para realizar el servicio militar, pero allí tampoco se quedó de brazos cruzados, ya que realizó varias obras, como un escudo con un águila o un monumento a el acuartelamiento.

Una vez superada esta etapa de su vida, se casa Francisca Rubio apodado ‘El Barbero’, centrándose ya en la imaginería religiosa y en la creación de algunas esculturas civiles. Un aspecto a destacar es que la segunda mitad de los años 80 del pasado siglo XX supondría un antes y un después en su estilo escultórico.

La primera obra de culto que esculpió en 1971 sería su querida Virgen de la Huerta, que fue instalada en su ermita a partir de 1980 en Rincón de Almodóvar, impulsada su construcción por Hernández.

En 1996 fue nombrado restaurador oficial de la Virgen de la Fuensanta por el entonces obispo Javier Azagra y en 2000 fue elegido miembro de la Real Academia de Bellas Artes de Santa María Arrixaca.

La aportación de Hernández Navarro al patrimonio artístico de Torreagüera se inició en 1973/74 a petición del párroco don Francisco, con la creación del relieve del retablo de la iglesia del Santísimo Cristo del Valle ‘Virgen de la Asunción con arcángeles’ . Posteriormente realizó para la localidad el busto y relieves del monumento civil de Antonio Gálvez Arce ‘Antonete’ a petición de miembros de UCD en 1980/81, que sería inaugurado en la plaza de su nombre en 1984. Ese mismo año la Cofradía de San Juan le encargó esculpir la imagen actual con la que procesionan, y en 1985 Antonio Serrano le encargó la creación de la ‘Virgen de la Esperanza’.

Ya en los años 90 del siglo XX, concretamente en 1995/96, realizó el ‘Cristo Resucitado’ para su buen amigo Manuel Garré y a finales del mismo año, la ‘Virgen de la Aurora Gloriosa’ para la cofradía de ese nombre . A partir de 2010, sus dos últimas aportaciones a Torreagüera fueron el ‘Cristo del Rescate’ solicitado por José Tomás y un pequeño ‘Cristo del Valle’ para los Caballeros y Damas del Santísimo Cristo del Valle. Hernández comenta que hubo varios intentos de realizar una talla en madera del ‘Santo Cristo de la Vall’, pero por motivos de conservacionismo religioso no llegaron a buen puerto. Sin embargo, cada vez que visita Torreagüera y cuando la iglesia está abierta, se pasa a saludar a su amigo el ‘Cristo’, según me cuenta.

Hernández Navarro considera una de sus mejores obras el paso ‘El Descendimiento’, que se encuentra en la parroquia murciana de San Arcángel, además del ‘Cristo Desnudo’ que talló para Valladolid y la ‘Ascensión del Resucitado’ Uno’ que se puede ver. la mañana del Domingo de Resurrección en el cortejo procesional que sale desde la iglesia capitalina de Santa Eulalia. Sin embargo, su obra se encuentra repartida por gran parte de la geografía nacional.

Jubilado en 2021, me cuenta que a ninguno de sus dos hijos (uno profesor de Lengua y el otro de Filosofía) le ha picado el gusanillo de la imaginería; Por supuesto, a los tres les une la pasión por la música. Una de las llamas de permanecer al pie del cañón es el disfrute de estar con sus dos nietos, a uno de los cuales le encanta el sonido de las campanas; Quizás este niño, en el futuro, recupere el arte de ser campanero, profesión perdida hace tiempo y que en algunos lugares sólo existe como hobby. ¡Oh por supuesto! Tenemos a Don José para rato, además de un estilo artístico que perdurará en el tiempo. Y, según vi, varios jóvenes visitan su taller para perfeccionar su técnica, asesorados por uno de los mejores escultores de imágenes religiosas de la época contemporánea que ha dado nuestra Región de Murcia, que no es otro que José Antonio Hernández Navarro.

*Raúl Jiménez y Lorca es cronista de Torreagüera

 
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