Fundamentos de la modernidad – .

Su fructífera creatividad puede ser uno de los rasgos característicos del polifacético artista Néstor Basterretxea. En el Museo de Bellas Artes de Bilbao celebramos el centenario de su nacimiento con una exposición sobre su trabajo en diseño de mobiliario y arquitectura. Todos aparecen aquí El Basterretxea es posible en una experiencia artística integral donde observamos cómo la pintura, la escultura, el cine, la arquitectura, el diseño gráfico y el industrial se encuentran de forma natural, sostenidos por un mismo pulso creativo.

Otra clave de su personalidad artística fue la búsqueda constante de una nueva identidad formal moderna estrechamente conectada con la identidad cultural vasca. La extraordinaria ‘Serie Cosmogónica Vasca’, donada a nuestro museo por el propio artista, puede ser el mejor testimonio de esa conexión entre los tiempos lejanos del arte, entre el pasado y su futuro. Una insistente “búsqueda del comienzo” que, como decía Octavio Paz, requiere muchas veces de la fuerza de la comunidad, como fue el caso de la experiencia colectiva del grupo Gaur, del que Néstor fue uno de sus principales catalizadores.

El último aspecto que me gustaría destacar de Néstor Basterretxea es, sin duda, su vocación cosmopolita. La agitada historia contemporánea pronto lo colocó en una perspectiva internacional, la del exilio latinoamericano. De hecho, su carrera comenzó en Buenos Aires, dividida entre su trabajo como publicista y su frustrado interés por la arquitectura. Y, aunque su hábitat creativo se instaló, a partir de los años cincuenta, definitivamente en el País Vasco, Néstor y su obra no han dejado de actuar como conectores con las formas más internacionales de la modernidad. Una vez más, el diseño y la arquitectura dan testimonio de ese cosmopolitismo y la ubicación de su casa -junto a Oteiza- en Irún y en la misma muga sigue siendo un auténtico emblema de esa vocación transfronteriza.

Situado en este punto del camino, quiero concluir reivindicando ese lugar, esa casa de los artistas, como auténtico santuario contemporáneo de todas las formas y disciplinas de la creación, de la integración de las artes, auténtico lema de Basterretxea. La rigurosa recuperación de esta ruina moderna coincidiendo con el centenario del artista puede ser el mejor reconocimiento a su fructífera y muy original trayectoria, verdadero fundamento de la modernidad en el País Vasco.

 
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