Texto completo: Carta abierta de Manu Lozano en respuesta a Nicolás Márquez

Texto completo: Carta abierta de Manu Lozano en respuesta a Nicolás Márquez
Texto completo: Carta abierta de Manu Lozano en respuesta a Nicolás Márquez

Llevo más de 10 años viniendo a este programa y siempre hablo de lo que hacemos en la fundación. Hoy voy a hablar de algo estrictamente personal. El viernes, Nicolás Márquez, un escritor que se presentará dentro de unos días en la feria del libro o no sé en qué fecha, dio una nota y dijo preguntas que me parecieron muy terribles y no podía no responderle. Sintió que si no decía esto, no podría aparecer en la radio.

Entre las cosas que dijo mencionó que los homosexuales están locos, invertidos con tendencia a la destrucción; que tenemos un 7% más de probabilidades de consumir drogas, más la tasa de suicidio; que el 7% de las personas que padecen una enfermedad de transmisión sexual son homosexuales; que somos cuatro veces más propensos al alcoholismo y que nuestras perspectivas de vida son 25 años más jóvenes y muy infelices.

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No voy a discutir los números con nicolás Porque primero no los conozco y es probable que algunas de esas figuras sean reales, pero sí quiero contaros algunas cosas desde dentro y en primera persona.

Desde que tengo uso de razón, siempre fui la bandera de la escuela. Para algunos, eso fue algo que los hizo felices; Para mí fue una tortura porque ir desde donde estábamos hasta la línea donde estaba la bandera eran 12 metros donde todos me gritaban. Uno de mis tres deseos era pedir por favor no ser gay. Nunca se lo conté a nadie y nunca lo experimenté hasta que tenía 20 años cuando finalmente me atreví a contarlo.

Mis padres pensaban lo mismo que tú. nicolás, que era sinónimo de infelicidad y me llevaron a un psicólogo mal elegido que dijo que estaba enfermo y que a su vez me prometió cambiar mi sexualidad. Durante más de 100 días, cada mañana al despertarme, lo primero que leí fue un correo electrónico de esta psicóloga explicándome la técnica que tenía que utilizar para suicidarme. Repito, todos los días recibía un correo electrónico diciendo cómo tuve que suicidarme y explicando por qué.

Cuando llegué a casa, mi familia se fue para no verme. A mi hermana la mandaron a estudiar a otra ciudad para que no viviera conmigo porque yo era gay. Cuando llegué a las sesiones con este chico al que me enviaron, me hizo esperar más de 2 horas en la puerta y después de horas envió a su secretaria con un papel escrito a mano que decía “no eres digno de mi atención”.

Somos una población con una mayor tasa de suicidio. Podría ser. Es probable. Pero no porque estemos enfermos, sino porque discursos como el suyo nos enseñaron que no valemos y que éramos la escoria de esta sociedad. ¿Sabías que existen muchas personas homosexuales que padecen nosofobia?

Nos enseñaron que no merecíamos ser amados. Yo no te conozco, nicolás. No te juzgo. Incluso te diría que hasta puedo entenderte, algo que me enseñó la fundación es tratar de entender cada una de las formas de pensar. Porque además, si yo, que soy homosexual, que lo vivo, que lo siento, alguna vez he pensado lo mismo que tú, entiendo que tú no puedas entenderlo.

Tampoco te voy a pedir que cambies de opinión porque no sé si es mi papel, pero sí quiero pedirte empatía, amor y sobre todo responsabilidad, responsabilidad que tenemos todos los que tenemos el privilegio. de tener un micrófono delante porque nunca sabes quién está escuchando. . Y es por eso que elegí decir esto hoy.

Perdón silencioso para Tomás, quien es un chico trans que vivía en la residencia de Córdoba y en diciembre se quitó la vida porque el dolor era demasiado. Para Fernando, que se presentó al proceso de selección y antes de escucharse quiso decirnos que era homosexual porque tenía miedo de que ese fuera el motivo por el que lo dejáramos fuera. Para Agostina, quien hoy estudia en la residencia, pero se autolesiona porque cree que no vale mucho. Por él vive que me enamoré, que nunca pudo besarme, porque no se atreve a salir del closet, porque tiembla de miedo. Para Fito, un hombre que conocí el otro día, que tiene 62 años y recién a los 62 se atrevió a besar a un hombre.

No estamos locos nicolás, pero sí vivimos en un mundo que muchas veces, por discursos como el vuestro, puede resultar insalubre para nosotros y para quien nos escucha. Y aunque digas que tenemos una perspectiva de infelicidad, quiero decirte que soy tremendamente feliz, que tengo 39 años, que amo profundamente lo que hago, que amo profundamente lo que soy. Por eso leo esto y duermo poco porque amo profundamente la vida y quiero vivirla al máximo. Gracias.

 
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