“Nos oponemos a utilizar la crisis de Ucrania para echar culpas, difamar a un tercer país e incitar a una nueva Guerra Fría”, dijo Xi el lunes.
La referencia a una “nueva Guerra Fría”, jerga del Partido Comunista Chino típicamente utilizada para castigar cualquier maniobra geopolítica de Washington que no agrade a Beijing, puede tocar la fibra sensible de Macron, quien ha buscado desarrollar Europa como una potencia militar y económica estratégicamente autónoma, independiente de China o Estados Unidos.
Al final del primer día de Xi en París, el ambiente en el Elíseo era cautelosamente optimista, mientras varios asesores veían destellos de esperanza en las conversaciones, particularmente sobre Ucrania.
Durante declaraciones conjuntas a la prensa, Xi anunció que respaldaba el llamado del presidente francés a una “tregua en los Juegos Olímpicos”, que Macron vio como una oportunidad para “trabajar hacia una resolución sostenible”. [of conflicts] en el pleno respeto del derecho internacional”.
Pero ahora que Rusia está ganando ventaja en el campo de batalla de Ucrania y, según se informa, preparándose para una ofensiva durante el verano, hablar de una tregua durante los Juegos Olímpicos suena como una ilusión dada la realidad sobre el terreno.
Según Marc Julienne, especialista en China del grupo de expertos IFRI con sede en París, la buena voluntad de China en este tema “no es una ganancia real” para Francia, ya que es algo que Beijing quiere de todos modos.