En una cumbre celebrada en noviembre, los líderes de Estados Unidos y China discutieron una de las mayores amenazas a su relación: Taiwán. Según funcionarios cercanos a la reunión, Xi Jinping negó la existencia de planes militares para invadir Taiwán en 2027, sin embargo ese año se convirtió en un elemento fijo de la agenda de Washington para la región.
En este sentido, los comentarios de Xi Jinping desencadenaron debates sobre la política hacia China en Washington. Aunque la invasión de Taiwán no es inminente, el año 2027 provocó un cambio en la estrategia de Estados Unidos hacia China, con miles de millones de dólares destinados a fortalecer las fuerzas estadounidenses en el Pacífico.
Los analistas pusieron sobre la mesa de debate preguntas claves como: ¿Qué implica esta fijación para la política de China y Estados Unidos en la región del Pacífico? ¿Y cómo se están preparando ambos países para este posible escenario? En línea con esto, sostienen que si bien el año 2027 impulsó un aumento de la inversión militar en Estados Unidos, las opiniones difieren sobre si China representa una amenaza inminente o de largo plazo.
Según la información recopilada por Defense News a través de comunicaciones con fuentes en el Congreso, el Pentágono y los think tanks con sede en Washington para comprender cuál puede ser el año más importante y más incomprendido en las relaciones entre China y Estados Unidos, el mensaje fue que 2027 expuso una brecha en la política de Washington. estrategia hacia China. Estados Unidos está más centrado en lo que llama su “desafío de ritmo”, pero los expertos no están de acuerdo sobre si se trata de correr una carrera de velocidad o un maratón, y si puede prepararse para ambos.
David Finkelstein, que estudia el ejército chino en el Centro de Análisis Naval, dice que China “no renunciará al uso de la fuerza como posibilidad en Taiwán, por lo que la opción militar pende sobre el Estrecho de Taiwán como la espada de Damocles”. Los líderes militares estadounidenses en el Pacífico y algunos legisladores abogan por una mayor financiación para fortalecer las fuerzas estadounidenses en la región. Aunque la ley del país no le exige defender a Taiwán, el presidente Joe Biden expresó su compromiso de hacerlo.
Sin embargo, algunos funcionarios de la administración Biden sostienen que no puede centrarse exclusivamente en una sola amenaza en esta década. “Realmente no podemos elegir entre uno u otro”, dijo un funcionario de defensa. “No podemos asignar todos nuestros recursos para estar listos de inmediato y descuidar lo que creemos que necesitamos invertir para el futuro”.
China, un competidor a largo plazo
La verdad es que China representa un competidor a largo plazo, como lo demuestran sus objetivos que se extienden décadas hacia el futuro. Según los expertos consultados por Defense News, uno de los beneficios del debate sobre el año 2027 en Washington es que animó a la administración Biden a tomarse más en serio esta competencia.
Pero también advierten que Estados Unidos no debe asumir que no habrá posibilidad de conflicto antes de ese año, y si no sucede nada después de esa fecha, no debe volverse complaciente. Zack Cooper, experto en competencia estratégica entre Estados Unidos y China en el American Enterprise Institute, enfatiza la necesidad de invertir tanto en la amenaza a corto plazo como en el fortalecimiento de las capacidades a largo plazo de las fuerzas estadounidenses.
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