Cuatro emitió una nueva entrega de martínez y hermanos el lunes 6 de mayo. rosalnquien fue uno de los invitados junto con Malena Alterio y Jordi RocaRecordé el momento embarazoso que viví cuando conocí Bebé.
“Es bastante humillante para mí. A ver, el concierto de Bebe. En mis primeros conciertos canté todas las canciones de Bebe y ella cantó en La Riviera. Estaba muy nerviosa porque Bebe ella me había pedido que cantara con ella“, relata.
“Era invierno. Entro a La Riviera y veo en la puerta del camerino Carlos Juan, a su productor. Yo, nerviosa, me puse una bufanda tipo manta. Me acerco a Carlos Jean y, a medida que me acerco, intento quitarme la bufanda, pero en lugar de quitármela, me la pongo más. Es absurdo, surrealista. Durante mucho tiempo fui lindo carlos jean no me ayudó“, dicho.
“Después de un minuto largo, porque es mucho tiempo, logro quitarme la bufanda y, por nervios o lo que sea, le digo: ‘hola soy bebe‘. Absurdo. Me miró como diciendo: ‘Esta chica es estúpida‘”, él recordó. “No me ha vuelto a pasar, pero dije: ‘Hola, soy Bebe’. Y yo iba a cantar con Bebe. No fue Bebe, por supuesto”, dijo riendo.
La divertida anécdota de Malena Alterio
En la entrega, Alterio también contó una divertida anécdota que vivió cuando trabajaba en No hay nadie que viva aquí.. “Nos ofrecieron hacer presentaciones en discotecas. Lo que ellos llaman bolos. Voy sola pensando que es algo sencillo, fácil, tengo mucha confianza”, anotó.
“Llegué allí a Valencia y había un chico muy extraño Lleno de cinturones Versace, muy ostentosos. Una enorme explanada de autos, también había una ambulancia por si pasaba algo dentro de la discoteca y venían. dos armarios para mantenerme a salvo“, aseguró.
“gente súper borracha y otras cosas”, dijo Alterio, a quien le pidieron que subiera al escenario y dijera algo. “Me dan el micrófono y yo:’Buenas noches. un poco por favor‘” ella continuó. La actriz no quería volver a los conciertos, pero había fichado por dos más y decidió llevarse a su pareja, Eduardo Gómez. “Edu estaba feliz en ese tipo de eventos. L tenía una riñonera con unas tarjetas con sus fotos y ya las estaba repartiendo”, recordó.
