La amistad entre el sanluiseño Jorge Rojas y el sanluiseno Fernando Quevedo comenzó en Córdoba, hace 25 años, cuando el exlíder de “Los Fulanos” mientras estudiaba Derecho dio sus primeros pasos con la música. Un día, con sus compañeros de cuarto, vio pasar por su casa al entonces cantante de “Los Nocheros” y, vencida su timidez, se presentó.
De ahí en adelante, la relación laboral y amistosa entre el cantante nacido en San Francisco del Monte de Oro y uno de los solistas más trascendentes del folklore nacional sumó hito tras hito. La última es la nominación a los Premios Gardel en la categoría “Canción Folclórica” de “Donde hay amor no hay olvido”, tema compuesto por ambos que está en el más reciente disco del salteño.
“Con Jorge debemos tener 20 canciones hechas entre los dos; Creo que en todos sus discos solistas que sacó hay al menos una canción mía”, dijo orgulloso Quevedo, quien tiene casi 50 canciones propias registradas en Sadaic.
Muchos de ellos forman parte del repertorio de “Los fulanos”, el grupo que este año decidió tomarse un respiro, lo que Fernando mencionó como “un descanso en la pista”.
“Donde hay amor no hay olvido” es una zamba que Rojas grabó con “Raly” Barrionuevo, otro referente de la música folklórica de Quevedo. El sanfrancisco dijo que ya en el segundo verso, cuando mencionó el mistol en parte de la letra, pensó en el santiaguero para interpretarlo.
De hecho, Fernando estuvo presente en la grabación de las voces del tema y quedó encantado con el resultado. “Que esos dos monstruos canten una canción mía es algo increíble”.
La composición de la canción tomó aproximadamente una semana de trabajo en la que, además, Jorge y Fernando crearon otras canciones que pronto serán lanzadas. El método que tienen es el mismo desde que iniciaron el dúo de composición en 2007: trabajan ideas sueltas de melodías y letras que se envían y luego, en un encuentro cara a cara, le dan el toque final.
“Esta es una zamba muy hermosa cuya idea se resume en el título: puede pasar mucho tiempo, pueden pasar muchas cosas, una persona puede no estar a tu lado circunstancialmente, pero si permanece en tu corazón, siempre estará presente ”, explicó Fernando, quien dijo que el destinatario del amor puede ser fraternal, de pareja o amistoso.
Rojas y Quevedo tienen una resolución que pretende hacer más populares sus canciones: no asignan género masculino o femenino a los personajes de sus historias. Con eso, explicó el puntano, intentan abrir el espectro y no caer siempre en la misma idea.
El concurso “Donde hay amor…” del 28 de mayo, cuando se entregan los premios Gardel, será muy complejo: además de la reunión cumbre de Rojas y Barrionuevo, el jurado consideró en la terna a “Baile siempre” de Mery Murúa; “Muere y lueve” de “Los tabaleros en conjunto con Soledad; “Río”, de “Ahyre” con “Los tekis” y “Pitín” Zalazar y “A donde vayan”, que reunió a Teresa Parodi, Lula Bertoldi, Ivonne Guzmán, Nadia Larcher y Ana Prada.
“Para mí”, afirmó Quevedo, “es un sentimiento un tanto ambiguo porque nunca creí en la competencia en el arte, pero tomo la existencia de estos premios como parte de la industria. Estuve escuchando las otras canciones y todas son obras muy hermosas. En cualquier caso, la esperanza es lo último que se pierde y me gustaría mucho ver a un ganador de San Francisco, un ganador de San Francisco, de este premio tan importante”.
otro consejo
En la categoría “Mejor Álbum Artista Cuarteto” también hay presencia de Puntana entre las nominaciones. Eugenia Quevedo, la joven nacida en Tilisarao y que desarrolló toda su carrera en Córdoba, estuvo en la terna de “La Muela”, el disco que grabó con “La Banda de Carlitos”, grupo al que integró hace un tiempo. .
Competirá en la categoría con Ulises Bueno y su disco “Luna Park 12” y “La voz femenina del cuarteto”, obra de Magui Olave.
