La soledad y la inmadurez femenina también están presentes en el análisis de Basallo y Díez. Esto se ve en el personaje de Meryl Streep en El diablo viste de Prada, que “cuando se baja de su pedestal, el zapato de tacón de aguja –un símbolo de poder– aparece como lo que es: un enano moral”.
Por otro lado, la inmadurez se refleja en el mítico Thelma y Luisacuyos protagonistas se rebelan “contra el miedo al compromiso del novio que nunca da el paso de casarse y contra el machismo del marido”.
Aunque a juicio de los autores esta rebelión tiene una causa razonable, “eso no justifica la guerra que declaran a los hombres a lo largo de su accidentado viaje”. En su análisis concluyen que “la venganza feminista, el famoso #MeToo, no es la solución, porque literalmente no lleva a ninguna parte” como se ve en el desenlace de la película de Ridley Scott.
En cualquier caso, Basallo y Díez no rechazan la aportación del ser femenino al mundo profesional. Al contrario, consideran que “debe hacerlo” de una manera “tan valiente o eficaz como los hombres y, sin embargo, muy humana, una auténtica dama en un mundo de tiburones”.
